La policía marroquí ha desmantelado alrededor de 140 comandos o células terroristas desde 2002 y ha detenido a más de 2.200 sospechosos, declaró hoy el ministro marroquí de Comunicación, Mustafa al Jalfi.

En su rueda de prensa semanal, Jalfi precisó que el número de desmantelamientos se ha triplicado en los últimos tres años, en los que se ha detectado, como en el resto del mundo, un crecimiento exponencial del extremismo de corte yihadista.

El ministro insistió en que el país ha adoptado una política "preventiva y global" para luchar contra el terrorismo y el radicalismo, más allá de enfoques circunstanciales o sectoriales, porque para Marruecos se ha convertido en "una causa nacional".

En este sentido, destacó el trabajo que el país realiza desde 2004 en la formación de imanes en el llamado islam moderado o "del justo medio", que incluye a imanes enviados desde otros países africanos y hasta algunos llegados de Europa.

Del mismo modo, destacó la estrecha cooperación policial y de inteligencia con España, Francia y Bélgica, siendo España el país con el que esa interacción funciona desde hace más tiempo.

Políticamente, el país ha promovido "la integración en política" de los islamistas y hasta de los salafistas, siempre que acepten la autoridad religiosa del rey y las llamadas "constantes nacionales".

El ministro anunció además que la política de empleo del Gobierno en el próximo año va a centrarse en la policía, donde se van a crear más puestos de trabajo.

Desde abril de 2011, cuando un terrorista mató a 17 personas (en su mayoría turistas extranjeros) en un café de una céntrica plaza de Marrakech, Marruecos no ha vuelto a sufrir atentados terroristas, y esta política preventiva ha sido alabada por varios países europeos, aunque las organizaciones pro derechos humanos critican las medidas represivas aplicadas muchas veces con simples sospechosos.