El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el Yemen suspendió hoy sus actividades en el país, poco después del secuestro de una de sus empleadas de nacionalidad tunecina en la capital Saná, informó la organización en un comunicado.

El CICR explicó anteriormente que hombres armados desconocidos secuestraron a dos de sus trabajadores, una de nacionalidad tunecina y otro yemení, cuando estaban de camino a su oficina, situada en el barrio de Hadda, en el suroeste de Saná.

El empleado yemení fue liberado poco después, pero la trabajadora tunecina sigue retenida en estos momentos, sin que se conozca todavía quién está detrás del secuestro.

El director de la oficina del CICR en el Yemen, Antoine Grand, destacó en la nota que es prometedor que uno de los empleados haya sido liberado ya, pero que espera la liberación de la segunda.

"Estamos en el Yemen para ofrecer asistencia humanitaria a la gente. Estas acciones contra los trabajadores humanitarios solo dificultan que podamos prestar dicha asistencia a la gente que la necesita desesperadamente", subrayó Grand en el comunicado.

La Cruz Roja no ha dado detalles sobre la identidad de la secuestrada, pero fuentes de seguridad yemeníes informaron de que la rehén se llama Nuran Hawas y ocupa el puesto de coordinadora del Departamento de Protección del CICR en la oficina de Saná.

El Yemen se encuentra sumido en un conflicto armado entre los partidarios del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y el movimiento rebelde de los hutíes, que controlan la capital desde septiembre de 2014.

Esta no es la primera vez que los trabajadores de la Cruz Roja son blanco de secuestros, ataques e, incluso, asesinatos.

El pasado 2 de septiembre, dos empleados yemeníes del CICR fueron asesinados a tiros por hombres armados que interceptaron el vehículo en el que viajaban en la zona de Hamer, en la provincia de Amrán (norte del país), vecina a la de Saada, principal feudo de los hutíes.