Venezuela aprovechará su mes al frente del Consejo de Seguridad de la ONU para defender que la soberanía nacional y la no injerencia son las claves del orden internacional y que sus violaciones explican la difícil situación que se vive en países como Siria, Libia e Irak.

Ese asunto estará en el centro del principal debate organizado por la presidencia venezolana en este mes de febrero, una cita ministerial que se celebrará el próximo día 15.

En ella, Venezuela quiere discutir en profundidad la importancia de que se respeten los principios de la Carta de las Naciones Unidas, especialmente en todo lo referente a la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos de los países y la integridad territorial.

"Nos parece muy importante la vigencia de esta discusión sobre todo a la luz de poder evaluar qué ha sucedido en Irak, en Libia, en Siria", explicó hoy el embajador venezolano en la ONU, Rafael Ramírez.

Para Venezuela, la cuestión es clave porque, agregó, "si no entendemos qué ha causado estos conflictos vamos a estar lejos de poder resolverlos".

"En el Medio Oriente hay una cantidad de países cuyas instituciones colapsaron producto de la injerencia extranjera, las invasiones, los bombardeos", dijo Ramírez, al afirmar que ese vacío ha permitido el avance del terrorismo y de la guerra.

Muy crítica siempre con las intervenciones en el extranjero de Estados Unidos y otras potencias del Consejo de Seguridad, Venezuela recordó que precisamente este organismo debe ser el "garante" de que se respeten esos principios.

"Lo que no podemos permitir nosotros es que ningún miembro del Consejo de Seguridad decida qué gobierno es legítimo o no. Eso sería la ley de la selva, eso sería sencillamente la ley del más fuerte. O que pueda decidir si intervenir en un país o no. O si interviene sin respetar la opinión del país concernido", explicó Ramírez.

"Al poder militar hay que ponerle límites", insistió el embajador venezolano en una conferencia de prensa, en la que también puso como ejemplo el conflicto entre Israel y Palestina.

Ramírez dijo que el debate "no va contra ningún país en específico", y confió en que la sesión ofrezca una buena discusión, aunque reconoció que las fuertes diferencias entre los miembros del Consejo impedirán a priori la aprobación de un documento de conclusiones.

Por otra parte, Venezuela organizará este mes un debate a puerta cerrada para que el Consejo de Seguridad analice el funcionamiento de sus comités de sanciones, muy criticados por algunos de los países objeto de esas medidas, sobre todo Estados africanos.

Según Ramírez, el objetivo es que el Consejo pueda escuchar las posturas de esos países y pensar en posibles cambios.

El conflicto en Siria volverá a ocupar este mes buena parte de la agenda del máximo órgano de decisión de la ONU, que el día 24 recibirá información de las conversaciones de paz de mano del mediador de Naciones Unidas, Staffan de Mistura.

Esas negociaciones empezaron hoy formalmente en Ginebra con un encuentro de De Mistura con la oposición, que expuso sus demandas de un cese los bombardeos del Gobierno sirio y de Rusia contra áreas civiles, de la necesidad urgente de permitir la entrada de ayuda humanitaria a las zonas sitiadas y sobre la liberación de mujeres y niños detenidos.

Para Venezuela, las conversaciones no deben tener ninguna condición previa, sino que las partes deben sentarse a negociar sin exigencias de ese tipo.

Ramírez declaró que el Gobierno sirio está luchando una "batalla frontal contra el fenómeno del terrorismo", y recordó que desde el exterior se ha armado y financiado a grupos que "siempre están en la frontera de convertirse en terroristas".

"Cuando se utilizan grupos de este tipo para desestabilizar y derrocar gobiernos, después se pierde el control de los mismos", lamentó.

A lo largo del mes de febrero también habrá encuentros para abordar la situación humanitaria en el país y la investigación sobre el uso de armas químicas en la guerra, además de otras citas en las que se tratarán conflictos como el de Yemen o el de Sudán del Sur.