El Reino Unido confía en lograr este mes un acuerdo sobre las condiciones de su permanencia en la Unión Europea con "todos" los socios europeos, incluida España, a pesar de la situación de interinidad en la que se encuentra el Gobierno español.

"Estamos trabajando con nuestros socios españoles, con Moncloa, con el Ministerio de Asuntos Exteriores, y estamos hablando también con los otros partidos sobre el contenido del acuerdo", aseguró hoy el embajador del Reino Unido en España, Simon J. Manley, en una entrevista con Efe.

"Esperamos lograr un acuerdo con todos nuestros socios en la cumbre de febrero", dentro de diez días, añadió el diplomático, quien puntualizó, no obstante, que "el contenido es más importante que el calendario".

El Gobierno del primer ministro conservador, David Cameron, busca "un gran acuerdo con el que hacer una campaña en favor de nuestra permanencia en una Unión Europea reformada", lo cual "está en el interés del Reino Unido", pero "también en el de todos los Estados miembros", argumentó Manley.

Una Unión Europea con el Reino Unido "es una Unión más fuerte", enfatizó.

Según el embajador, las propuestas presentadas hace una semana por el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, "representan pasos importantes" para satisfacer las cuatro demandas del Reino Unido, que tienen que ver con la gobernanza económica, el respeto a la soberanía nacional, la mejora de la competitividad y el control de la inmigración.

Con relación a este punto clave de la negociación, Manley explicó que la intención de su país es "controlar el flujo de trabajadores europeos en nuestra economía".

"El año pasado hemos visto una migración neta en nuestro país de 300.000 personas; en una década vamos a ver 3 millones. No es sostenible; no es sostenible por lo que respecta a las prestaciones sociales ni a los servicios públicos", aseguró.

"Para nosotros la libre circulación de personas es un derecho fundamental de la Unión. Somos un país abierto, con una economía abierta a la inversión y a los trabajadores", dijo.

Según el diplomático, los británicos están por otro lado "muy orgullosos de la contribución de los españoles" que trabajan en el Reino Unido y de los "miles de españoles" que estudian en sus universidades y colegios.

Preguntado por la situación legal en la que quedarían los centenares de miles de ciudadanos británicos que residen en España, si el Reino Unido finalmente abandonara la UE, el embajador no quiso ni contemplar esa hipótesis.

"Trabajamos para el éxito y negociamos para el éxito. No nos estamos preparando para la derrota", respondió.

Por lo que respecta a la relación bilateral, Manley la definió como "muy estrecha" en todos los órdenes.

Reconoció que subsisten las diferencias sobre Gibraltar, pero aseguró que existe margen, por ejemplo, para reforzar la cooperación entre las policías de las tres partes en lo que respecta a la lucha contra el crimen organizado y para aumentar el potencial económico de la zona.

"Gibraltar no es una colonia ni un paraíso fiscal", según el embajador británico, "es un territorio de ultramar del Reino Unido, con una economía dinámica que puede ser un motor de crecimiento en toda la zona".