Los médicos residentes en Inglaterra secundan hoy una huelga de 24 horas en protesta por las nuevas condiciones laborales que quiere imponer el Gobierno, lo que ha motivado la cancelación de casi 3.000 operaciones.

Esta es la segunda medida de fuerza que apoyan los doctores residentes tras la primera del pasado enero, debido al fracaso en las negociaciones entre el Gobierno y el sindicato British Medical Association (BMA) sobre los salarios y nuevas condiciones laborales.

El paro, que respaldan los médicos que participan en programas de especialización una vez terminados sus estudios universitarios, no afectará -según la BMA- los servicios de emergencia.

La disputa está centrada en una propuesta de contrato por la que estos profesionales verán reducida su compensación por los turnos programados en horas consideradas "antisociales".

Los residentes cobran actualmente un complemento salarial por las horas trabajadas entre las siete de la tarde y las siete de la mañana de lunes a viernes, así como por todas las horas trabajadas en sábado y domingo.

Sin embargo, bajo el contrato propuesto por el Gobierno, cobrarían ese complemento desde las diez de la noche hasta las siete de la mañana entre semana, y a partir de las cinco de la tarde del sábado.

Ante las dificultades para aceptar esta acuerdo, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, ofreció el pasado noviembre un aumento del 11 % en su salario básico, si bien los médicos consideraron que no era suficiente para compensar el descenso en sus ingresos.

El Gobierno ha sugerido que puede imponer el nuevo contrato si no se llega a un acuerdo con los residentes.

Un portavoz del Servicio Nacional de Salud (NHS) dijo hoy que la Sanidad hace "todo lo posible" por minimizar el impacto que esta medida tendrá en la atención de los pacientes.

Se estima que hay más de 50.000 médicos residentes en Inglaterra, que agrupa a los que acaban de terminar la universidad hasta los que llevan una década de experiencia en una especialidad.