El primer ministro francés, Manuel Valls, exigió hoy el fin de los bombardeos sobre civiles en Siria y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, respondió que no hay ninguna evidencia de que sean ciertas esas acusaciones.

Ese intercambio de reclamaciones entre ambos jefes de Gobierno tuvo lugar en la Conferencia de Seguridad Múnich (MSC), conocida como el "Davos de la Defensa", que se celebra hasta mañana en esa ciudad alemana y que se centra en el conflicto de Siria.

Valls, que compartió el escenario con Medvedev, exigió en su intervención que se detengan "los bombardeos a civiles" en Siria, en una clara referencia a las acciones de las fuerzas aéreas rusas sobre la ciudad de Alepo en apoyo al Ejército del presidente sirio, Bachar al Asad.

Además, indicó que pese a que el acuerdo de ayer es un "paso importante", "debe ser materializado" porque es necesaria la paz y las negociaciones.

Inmediatamente después, el primer ministro ruso intervino en la MSC y subrayó que "no hay ninguna evidencia" de que su país esté "bombardeando civiles" en Siria.

La postura oficial de Rusia en este asunto es que sus aviones están bombardeando exclusivamente posiciones terroristas, algo que niegan los países occidentales, al asegurar que Moscú atacan a los rebeldes que la coalición liderada por EEUU está apoyando.

A su juicio, en la crisis siria "no hay alternativa" al diálogo internacional porque lo esencial es preservar "la unidad" del país y "evitar una nueva Libia o un nuevo Afganistán", algo que sería "catastrófico".

Es "vital" estar de acuerdo en las "cuestiones principales" en torno a la crisis porque Siria puede desintegrarse ante el avance yihadista, lo que convertiría el conflicto en una "guerra permanente".

"Tenemos un enemigo común y esa debería ser nuestra asunción básica", afirmó.

La MSC se centra en su 52 edición en Siria y las tres vertientes de su crisis -guerra civil, catástrofe humanitaria y Estado Islámico- aunque también analizará otros asuntos como el conflicto en el este de Ucrania, la situación de China, la amenaza del terrorismo yihadista global y las diferencias entre Rusia y la OTAN.

En Múnich están presentes, entre una treintena de jefes de Estado y Gobierno y 70 ministros, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif y el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.