El financiero argentino Federico Elaskar, implicado en una investigación por lavado de dinero que salpica a empresarios cercanos al kirchnerismo, sostuvo que la expresidenta Cristina Fernández Kirchner (2007-2015) es la "lavadora número uno", en un programa televisivo emitido anoche.

Después de que este viernes un juez citase a declarar al empresario Lázaro Báez, cercano a los Kirchner, el extitular de la financiera SGI amenazó con "llevarse puesto" (llevarse por delante) a "cualquiera" y aseguró que "media Casa Rosada" (en referencia al anterior Gobierno) está vinculada con la supuesta red.

En una entrevista en América TV, Elaskar manifestó que "no hay mucha gente entre Báez y Cristina. Néstor (Kirchner, presidente entre 2003 y 2007) y Báez eran amigos".

"La lavadora número es Cristina Kirchner. Lavar dinero es lo mismo que inflar un impuesto. En sus hoteles, Cristina decía que tenía ocupado el 80% de su hotel y le ingresaba su propia plata", acusó el financiero. "Los quiero ver a todos presos", insistió, y criticó que Báez no esté imputado por la Justicia pero él sí.

El juez federal argentino Sebastián Casanello citó este viernes a declaración indagatoria, entre otros, al empresario Lázaro Báez por la investigación de una presunta red de lavado de dinero iniciada tras la difusión por televisión de vídeos que muestran a varias personas contando millones de dólares.

Las imágenes difundidas datan de 2012 y muestran a Martín Báez, hijo de Lázaro, trasladando, en compañía de otros hombres y en bolsas grandes sumas de dólares que son contados por máquinas en la oficina que tenía la financiera SGI en un edificio del selecto barrio porteño de Puerto Madero.

Si bien Lázaro Báez no aparece en los vídeos difundidos, el fiscal Guillermo Marijuán había pedido ya el pasado junio a Casanello indagar tanto a él como a su hijo y al financiero Federico Elaskar, entre otros.

La investigación se inició en 2013 cuando Elaskar dijo en un programa de televisión haber sacado del país millonarios fondos de Báez a través de sociedades inscritas en Panamá, algo que luego negó ante la Justicia.

En la causa se investiga si el dinero fue sacado en efectivo, en aviones privados, a Uruguay, desde donde presuntamente era girado por transferencias a Suiza a cuentas de sociedades panameñas.