La ofensiva de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí contra los rebeldes hutíes en el Yemen cumple hoy un año con ciertas esperanzas a una resolución del conflicto, tras el anuncio de una nueva tregua y negociaciones de paz en abril.

Coincidiendo con el primer aniversario del inicio de esta campaña, decenas de miles de partidarios de los hutíes se manifestaron hoy en la plaza Al Sabain de Saná, donde acudió el expresidente Ali Abdalá Saleh, aliado de los rebeldes.

Saleh pidió "un diálogo directo" con Riad para terminar la guerra y que el Consejo de Seguridad ordene un embargo de armas al régimen saudí.

Sobre el presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, Saleh rechazó su regreso al poder: "No hay lugar en absoluto para los agentes y los traidores", agregó.

Los manifestantes portaron fotografías de Saleh y del líder rebelde Abdelmalek al Huti, al tiempo que corearon lemas contra la "agresión saudí" como "abajo todas las conspiraciones".

Las autoridades saudíes decidieron intervenir en el Yemen cuando los insurgentes controlaban gran parte del territorio y se encontraban a las puertas de la ciudad meridional de Adén, donde se había trasladado Hadi.

Una operación de respaldo a Hadi que Riad preveía breve, pero que la resistencia de los hutíes ha alargado durante un año y ha obligado a cambios en la estrategia, desde una campaña exclusivamente de bombardeos aéreos al envío de tropas terrestres.

A pesar del año de conflicto, el presidente dijo hoy en un comunicado que su país es "más seguro" y auguró un triunfo contra los rebeldes hutíes.

"Se completará la marcha triunfal para liberar todo el país", subrayó Hadi, que extendió su mano para lograr "una paz justa".

Las partes en conflicto han celebrado varias rondas de conversaciones sin éxito bajo mediación de la ONU. La última en diciembre pasado, en la que no se logró instaurar un alto el fuego permanente.

No obstante, el enviado especial de la ONU en el Yemen, Ismail Ould Sheij Ahmed, anunció el pasado día 23 un acuerdo de los bandos rivales para un cese de la violencia a partir de la medianoche del 10 de abril.

El mediador aseguró que tiene "garantías" para esa tregua y que las partes iniciarán negociaciones "de buena fe" el próximo 18 de abril en Kuwait para tratar la retirada de los grupos armados y el restablecimiento de la seguridad en el país.

Ayer, el líder del movimiento hutí se comprometió con la tregua pero advirtió de que su grupo "resistirá" si la coalición árabe continúa sus bombardeos.

"Esperamos que triunfen los esfuerzos para cesar la agresión por el interés de todos. Los agresores (la coalición) no han podido ganar la batalla y no van a poder hagan lo que hagan", apostilló Al Huti.

Y es que tras un año de ofensiva de la coalición árabe, los rebeldes controlan todavía gran parte del país, incluida la capital, Saná, aunque han perdido varios regiones meridionales.

Para el analista político Shehab al Makalha, director del Centro de Estudios Geoestratégicos y Políticos, en esta ocasión hay muchas posibilidades de que el alto el fuego tenga éxito.

Al Makalha, que reside en Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales aliados de Arabia Saudí en este conflicto, explicó que Riad se ha comprometido con el enviado de la ONU a presionar a Hadi para "no procesar a los hutíes y permitirles participar de forma efectiva en el poder".

"Las fuertes presiones internacionales y la amenaza de que algunos grupos terroristas tomen el control de más territorios han obligado a las dos partes a aceptar la iniciativa de la ONU para un alto de fuego", indicó.

También ayuda, a juicio del experto, que Arabia Saudí ha comprendido que "la continuación de la guerra en el Yemen agota a sus fuerzas", mientras que los hutíes parecen dispuestos a retirarse de las zonas que conquistaron desde septiembre de 2014, cuando se levantaron contra el régimen de Hadi.

Pese a las negociaciones para reanudar el diálogo, este mes de marzo ha sido especialmente mortífero en el Yemen.

Unos 90 combatientes murieron el 19 de marzo en enfrentamientos en la ciudad de Taiz y, cuatro días antes, cerca de 120 personas fallecieron por bombardeos de la coalición árabe contra un mercado en la provincia de Haya.

El alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra''ad Al Hussein, denunció este mes que las fuerzas de la alianza dirigida por Arabia Saudí son responsables de la mitad de las víctimas civiles del conflicto, que ascienden a 3.218 muertos.

La guerra ha sumido también al país en una grave crisis humanitaria, con cerca del 80 por ciento de la población necesitada de ayuda, según las agencias de la ONU.