Durante más de 30 años, el Ejército chino ha sido una de las empresas más rentables del país gracias a sus negocios en el sector inmobiliario, la gestión de más de 400 hospitales de pago y otras actividades lucrativas, a las que Pekín ha decidido poner fin para frenar la corrupción.

La nueva medida dictada por la Comisión Militar Central, órgano rector de las Fuerzas Armadas encabezado por el presidente chino, Xi Jinping, ordena al Ejército que deje de dar "servicios públicos de pago" en el plazo de tres años, anunció hoy la prensa oficial.

Para ello, el Ejército de Liberación Popular (ELP), que con 2,3 millones de soldados es el mayor del mundo, debe interrumpir en ese plazo todos sus contratos comerciales y abstenerse de firmar otros nuevos.

"Se ha decidido aplicar de una forma paulatina porque un final drástico podría perjudicar a muchas personas, por ejemplo aquéllas que viven en casas alquiladas por el Ejército", explicó el coronel retirado de las Fuerzas Armadas chinas Yue Gang, conocido comentarista sobre asuntos militares en los medios nacionales.

El Ejército chino, gran pilar del régimen desde su misma fundación en 1949, llevaba a cabo una intensa actividad comercial desde los años 80, cuando las políticas de reforma y apertura económica lanzadas por Deng Xiaoping llevaron las ideas del "socialismo de mercado" a todas partes, cuarteles incluidos.

"En aquel entonces, el Ejército iba muy escaso de dinero, había muchas deudas, los sueldos eran muy bajos y con Deng se les permitió hacer negocios", explicó el coronel Yue.

Estas actividades lograron que el Ejército chino no sólo se mantuviera, sino que en algunos casos se enriqueciese, y aumentó la corrupción en sus filas, algo que Jiang Zemin, sucesor de Deng, intentó atajar en 1998 limitando los negocios a los citados "servicios públicos de pago" para intentar reducir malas prácticas.

Éstas, sin embargo, no acabaron del todo, como mostraron casos como el de Xu Caihou, vicepresidente de la Comisión Militar Central que fue detenido en 2014 por presunta compraventa de ascensos. Aunque falleció el año pasado sin ser juzgado, su muerte no evitó el mayor escándalo de corrupción en el ELP en décadas.

Las Fuerzas Armadas "no deben competir con el resto de la sociedad a la hora de ganar dinero y (la nueva medida), además de disminuir la corrupción, aumentará la uniformidad del Ejército, no habrá diferencias tan grandes de riqueza dentro de él", señaló Yue.

Según declaró hoy al diario oficial Global Times el profesor Gong Fangbin, de la Universidad Nacional de Defensa, algunas de las actividades del Ejército, por ejemplo su gestión de hospitales, serán cedidas a organizaciones sociales.

En muchas ciudades, como Pekín, los hospitales militares, que como los del resto del país no están cubiertos por redes universales de seguridad social y por tanto muchos de los pacientes deben pagar por adelantado, suelen ser los que tienen mayor prestigio y los más demandados.

Además de la lucha contra la corrupción y las desigualdades internas, el fin de las actividades comerciales del ELP persigue -según los analistas- que la institución se enfoque más en sus labores de defensa, en un momento de crecientes tensiones marítimas de China con vecinos como Japón, Vietnam o Filipinas.

"Los beneficios distraen a los militares de su misión de fortalecer su capacidad de combate", señaló este fin de semana un editorial del Diario del ELP.

"Los soldados tienen que centrarse en su tarea principal, que es preparase para la guerra", corroboró el coronel Yue.

El presidente Xi anunció en septiembre de 2015 una reforma de las Fuerzas Armadas para reducir su tamaño, con el recorte de 300.000 efectivos y, como se está viendo ahora, el final de las actividades no estrictamente militares.

El desmantelamiento de la parte no militar del ELP también prevé el fin de su amplia labor cultural (o propagandística), con el cierre de numerosas orquestas o grupos teatrales castrenses, algo notable en un país donde el Ejército chino también posee canales de televisión, equipos deportivos o hasta museos.

En compensación, el Gobierno está aumentando el presupuesto militar cada año en porcentajes notables (un 7,6 por ciento en 2016) y el ELP está desarrollando una intensa labor de innovación tecnológica en su armamento.

Innovación que ha cristalizado, por ejemplo, en aviones espía o misiles que los expertos comparan con los modelos avanzados de Estados Unidos, o el primer portaaviones diseñado por China, ya en construcción.