Tras los recientes atentados en Bruselas y los del pasado año en París cabe preguntarse: ¿cómo es y de dónde proceden las actuales expresiones del terrorismo yihadista en Europa? ¿Cuáles son las dimensiones tanto externas como internas de la amenaza que supone? o su ¿Se hace lo debido en materia de política antiterrorista y para prevenir la radicalización?.

A estas y otras preguntas tratará de responder el debate "La amenaza terrorista en Europa: desafíos y respuestas", organizado por el Real Instituto Elcano y la Fundación Botín, el jueves, 14 de abril, de 12:00 a 14:00 horas, en la sede madrileña de la Fundación.

Entre los ponentes se encuentra Fernando Reinares, director del Programa sobre terrorismo global del Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política y Estudios de Seguridad en la Universidad Rey Juan Carlos.

En un artículo titulado ''Diez cosas que importa saber sobre la amenaza del terrorismo yihadista en Europa Occidental'', Reinares repasa diferentes aspectos de esta amenaza, que OTR/Press resumen en estos diez puntos.

1.- La amenaza del terrorismo yihadista existe en Europa Occidental desde el inicio de la década de los noventa del pasado siglo. Hasta 2013 fue una amenaza directa o indirectamente relacionada con al-Qaeda, organización formada en 1988 y que durante unos 28 años se mantuvo como la única matriz del yihadismo global. Pero desde 2014, la amenaza de terrorismo yihadista en Europa Occidental procede asimismo del denominado Estado Islámico (EI).

2.- El primer atentado con víctimas mortales en Europa Occidental asociado a la urdimbre del yihadismo global ocurrió el 25 de julio de 1995 en París, cuando miembros del Grupo Islámico Armado (GIA), de origen argelino y entonces estrechamente vinculado con al-Qaeda, mataron a ocho personas e hirieron a más de cien en un céntrico ramal de la Réseau Express Regional (RER). Después vendrían los atentados de Madrid (11 de marzo de 2004) que dejaron 191 muertos y más de 1.800 heridos y los del l 7 de julio de 2005 en Londres, que dejaron 56 muertos y más de 500 heridos.

3.- Al poco de configurarse como tal en el verano de 2014, los dirigentes del denominado Estado Islámico decidieron articular dentro de Europa Occidental -principalmente, aunque no sólo, en Bélgica y Francia- al menos una red operativa para desarrollar atentados en esos y otros países, con la intención de producir un miedo que incida sobre las conductas de los ciudadanos europeos y condicione las decisiones de sus gobernantes.

En esta estrategia, terroristas pertenecientes a una red operativa de EI, de la que existía constancia desde enero de 2015, llevaron a cabo en París, el 13 de noviembre de este mismo año, una serie de atentados cuyo balance fue de 130 muertos y no menos de 350 heridos. Otros yihadistas pertenecientes al mismo entramado perpetraron el 22 de marzo de 2016 los atentados de Bruselas, con al menos 32 fallecidos y más de 300 heridos.

4.- Los focos de la amenaza del terrorismo yihadista para Europa Occidental se encuentran fuera del territorio europeo, sobre todo en el Sur de Asia, Oriente Medio y Norte de África. En el caso de la amenaza relacionada con al-Qaeda sus principales bases están localizadas en Afganistán, Pakistán, Siria, Yemen, Argelia y Mali. Incluso Somalia podría añadirse a este listado, mientras en el de Estado Islámico, los focos fundamentales de amenaza, en lo que atañe a Europa Occidental, se sitúan principalmente en los dominios con que cuenta en Siria e Irak, pero existe potencial para que a estos dos países haya que sumar Libia.

5.- Pero la amenaza del terrorismo yihadista en Europa Occidental tiene actualmente, junto a esa dimensión externa de sus focos, una inusitada dimensión interna. A partir de 2012, la insurgencia terrorista desarrollada en Siria e Irak por las organizaciones ahora conocidas como Frente al-Nusra -es decir, la rama siria de al-Qaeda- y Estado Islámico ha producido una movilización yihadista de alcance mundial y sin precedentes conocidos desde que existe el fenómeno del yihadismo global, en la que destaca un notable contingente europeo.

Según Fernando Reinares, procedentes de Europa Occidental son, de hecho, entre una cuarta y una quinta parte del total de los aproximadamente 25.000 individuos que se habrían desplazado como combatientes terroristas extranjeros a Siria e Irak en los últimos cuatro años, principalmente pero no sólo para unirse a las filas de EI o instalarse en los amplios territorios donde ésta organización yihadista ha conseguido imponer su dominio efectivo y sobre los cuales ha proclamado un pretendido nuevo Califato.

6.- La movilización yihadista no está impactando por igual a todos los países de Europa Occidental, ni a todos los segmentos de la población musulmana que habita a lo largo y ancho de la región. Se trata de una movilización yihadista que afecta de un modo muy especial a adolescentes o jóvenes vulnerables, de ascendencia cultural o familiar islámica, que son descendientes de inmigrantes procedentes de países con sociedades mayoritariamente musulmanas.

De aquí que los países europeos en los que dicha movilización es más acusada sean precisamente aquellos donde esas segundas generaciones prevalecen entre sus respectivas poblaciones musulmanas.

7.- Sean cuales sean los focos y fuentes de la amenaza que el terrorismo yihadista supone para Europa Occidental -aun considerando que la intensidad de la procedente de Estado Islámico se estima comparativamente más elevada en la actualidad que la relacionada directa o indirectamente con al-Qaeda-, el rango de sus posibles expresiones es amplio.

Este rango oscila entre, por una parte, los atentados planificados de manera centralizada desde el exterior, y, por otra parte, los cometidos por individuos que se desenvuelven aislados y están únicamente inspirados por la propaganda que difunden las organizaciones yihadistas. Por otra parte, no deben descartarse atentados no convencionales en los que se utilicen, por ejemplo, elementos radioactivos o sustancias químicas, indica el experto.

8.- Según Reinares, combatir con eficacia el terrorismo yihadista en Europa Occidental requiere que cada Estado de la región, disponga de agencias de seguridad con secciones específicamente adaptadas para la lucha contra esa amenaza, y de unidades de inteligencia especializadas en desbaratar su financiación, entre otras medidas. Advierte al respecto de que la percepción de la amenaza yihadista que tienen las élites políticas y las opiniones públicas varía de unos países europeos a otros, lo que se traduce en marcadas diferencias entre sus correspondientes sistemas antiterroristas nacionales.

9.- Aunque los 28 Estados de la Unión Europea y los cuatro asociados Schengen cuentan con un marco comunitario de cooperación "sin parangón en el mundo", debido a su consideración de intereses nacionales y a la desconfianza, han preferido hasta ahora privilegiar el clásico intercambio bilateral de información antiterrorista, en detrimento de los mecanismos multilaterales propios -como Europol o el SIS- y de otras instancias internacionales (por ejemplo, Interpol) existentes para compartir a tiempo esa información.

10.- Reducir los niveles de la amenaza terrorista y contener o hacer que remitan los procesos de movilización yihadista indisolubles de la misma, dentro del espacio de Europa Occidental o -ampliando el escenario hacia el Este- de la Unión Europea, requiere también actuar en y con terceros países y debilitar las organizaciones que son fuente de dicha amenaza en los focos donde están asentadas. Ello --dice-- implica el uso de medios militares pero como parte de una estrategia colectiva "multifacética y sostenida".