El primer ministro francés, Manuel Valls, pidió hoy a los opositores a la reforma laboral que no vuelvan a organizar grandes manifestaciones en París, como la de ayer, debido a los disturbios que se produjeron, y que a su juicio son resultado de la "actitud ambigua" de los sindicatos con los violentos.

Valls, en una entrevista a la emisora "France Inter", minimizó la movilización de ayer, ya que según sus cifras hubo "menos manifestantes" que en las convocatorias anteriores, y reiteró que no modificarán los puntos esenciales de la reforma laboral.

"No podemos tener manifestaciones así en París en las próximas semanas", afirmó antes de pedir a la Confederación General del Trabajo (CGT), que lidera las protestas que renuncie a nuevas convocatorias como la de ayer en la capital, en la que hubo al menos 58 personas arrestadas por altercados, con 29 policías y 11 manifestantes heridos.

Denunció la "falta de responsabilidad" de la CGT y en particular "la actitud ambigua del servicio de orden", en un contexto marcado por la celebración hasta el 10 de julio de la Eurocopa de fútbol en Francia, que además se encuentra en alerta terrorista.

Preguntado sobre si el Gobierno llegará a prohibir ese tipo de protestas, respondió que no se puede tomar una decisión genérica, pero avisó de que "nosotros asumiremos, caso por caso, nuestras responsabilidades".

Valls hizo hincapié en que entre los manifestantes violentos que se enfrentaron a las fuerzas del orden los había que querían "matar" a los agentes.

En paralelo a sus comentarios sobre las algaradas, el primer ministro socialista insistió en que "el Gobierno no cambiará" el texto de su proyecto de ley de reforma laboral que "es el resultado de un compromiso con los sindicatos reformistas" y que "es bueno para las empresas, bueno para los asalariados".

Además, insistió en que si el Ejecutivo renunciara a la reforma, eso significaría "la victoria de los que bloquean la calle" o de la oposición de derechas que si llega al poder pondrá en práctica su "visión ultraliberal de la sociedad".

Según la policía, la manifestación de ayer reunió a 80.000 personas, menos que en las ocho convocatorias precedentes contra la reforma laboral.

Sin embargo, para la CGT fue la convocatoria más masiva, ya que participaron más de un millón de personas.