Dos hidroaviones de las fuerzas de seguridad de Marruecos se han unido desde las 10.15 horas de este viernes en las labores de extinción del incendio que se ha originado en el monte de Gurugú, ayudando con ello a su control aunque el fuego sigue activo. Por su parte, el Gobierno de Melilla ha hecho un llamamiento a la tranquilidad de la población porque asegura que no hay posibilidad de que el incendio afecte a la ciudad española.

La acción de los hidroaviones se está haciendo notar porque una hora después de empezar a echar agua ya no se ven llamas desde Melilla, a diferencia de lo que ha ocurrido desde las 01.40 de la madrugada, y la humareda se ha reducido considerablemente.

Todo ello, unido a la acción de los Bomberos marroquíes, está permitiendo controlar el fuego y conseguir no sólo que no fuera a más, sino reducir su radio aunque todavía se ve una columna de humo desde la parte central del Monte Gurugú.

LLAMAMIENTO A LA TRANQUILIDAD

Mientras tanto, desde Melilla el consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González (PP), ha hecho un llamamiento a la tranquilidad de la población asegurando que aunque la montaña está a tres kilómetros de distancia de Melilla, no hay posibilidad de que el fuego alcance la ciudad española.

Isidoro González ha reiterado que Marruecos no ha solicitado la colaboración de los Bomberos de Melilla para ayudar en las tareas de extinción del incendio originado por causas desconocidas.

Asimismo, ha recalcado que el problema que padece Melilla con el agua, por una avería en la desaladora, no hubiera sido impedimento para que los bomberos melillenses hubieran actuado. Isidoro González ha destacado que en ese caso habrían usado agua de Marruecos o de un pozo que poseen los bomberos.

El Monte Gurugú, además de una reducida población marroquí y un par de establecimientos hoteleros, es la zona donde habitualmente acampan cientos de subsaharianos a la espera de una oportunidad para entrar en Melilla.

De hecho esta mañana ha estado sobrevolando la alambrada un helicóptero de la Guardia Civil en previsión de que se pueda producir algún intento de entrada en la ciudad española aprovechando que los inmigrantes han tenido que abandonar el Gurugú, hecho que finalmente no ha ocurrido.