El príncipe Harry, de 31 años, ha revelado hoy que lamenta no haber hablado antes de cómo le afectó la muerte de su madre, Diana de Gales, que murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente automovilístico en el túnel del Alma de París, junto a su novio, Dodi Al-fayed.

Harry, habló por primera vez públicamente sobre el impacto de la muerte de Diana de Gales, durante una recepción en el Palacio de Kensington de la que participaron deportistas británicos, para apoyar la organización Cabezas Unidas, creada por él y que ayuda a las personas con problemas de salud mental.

El príncipe se confesó allí con el ex jugador del Manchester United, Rio Ferdinand, padre de tres hijos cuya esposa, Rebecca Ellison, murió de cáncer el año pasado, sobre cómo tratar la muerte de uno de los padres.

Dijo que optó por cerrar sus sentimientos y que durante 28 años jamás habló del tema, "realmente me arrepiento de no haber hablado antes. Está bien sobrellevar el sufrimiento, pero siempre que puedas hablar de ello. La auténtica debilidad es tener un problema y no reconocerlo y no solventarlo", meditó.

"Es muy fácil ver a alguien como Ferdinand y decir te pagan todo el dinero del mundo, eres un exitoso jugador de fútbol, tienes los coches más veloces. Pero al final perdió a su esposa en una etapa temprana de su vida. y por supuesto sufrió, no importó que tuviese un trabajo increíble", explicó Harry, con el exfutbolista a su lado.

El príncipe le dijo a la BBC que todo el mundo puede tener problemas de salud mental, que en realidad no importa si se es un miembro de la familia real, un soldado, una estrella del deporte, un conductor de una furgoneta, una madre, padre o un niño.

También habló durante el evento Dame Kelly Holmes, que ganó el oro en los Juegos Olímpicos en 2004 en los 800 metros y 1.500 metros, y que reveló haber padecido depresión en su autobiografía al igual que Iwan Thomas, otro atleta que participó del evento y aconsejó a cualquier persona que experimente problemas de salud mental que no se sienta avergonzado, ni lo considere como una debilidad.