El primer ministro francés, Manuel Valls, situó hoy en diez años el periodo en el que estudia prohibir la financiación por parte de países extranjeros de la construcción de mezquitas en suelo francés.

En unas declaraciones recogidas por el diario "Libération", el jefe del Ejecutivo insistió en la idea reiterada en los últimos días por las autoridades galas sobre la organización del islam en Francia, y abogó por una transparencia "total" de las donaciones y financiaciones privadas.

El primer ministro destacó que Francia debe salir de "la contradicción permanente que contesta la financiación extranjera para construir mezquitas y prohíbe toda financiación pública", y señaló que se deben evaluar "todas las soluciones".

Valls apostó por que la transparencia buscada sea garantizada por la Fundación que el Gobierno y el Consejo Francés del Culto Musulmán crearán antes de finales de año, e insistió en la necesidad de que los imanes de Francia sean formados en el país.

Al mismo tiempo, abogó por incluir en la lucha contra el islamismo radical a todos los musulmanes.

El desafío más importante, en su opinión, no afecta a las instituciones, sino a aquellos conciudadanos de confesión musulmana "que en su familia, en su barrio, deben sentirse implicados y asumir sus responsabilidades".