El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha vinculado la continuidad del acuerdo con la Unión Europea (UE) para la devolución de refugiados al hecho de que Bruselas suprima la exigencia de visados para los ciudadanos turcos.

"Si la Unión Europea no concede la liberalización de los visados para los ciudadanos turcos, Ankara no respetará el acuerdo de marzo sobre los inmigrantes", destacó el mandatario en una entrevista emitida hoy por el canal de televisión italiano Rai News.

Erdogan respaldó así las palabras del ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, que el domingo advirtió de que sin la exención de visas no continuará vigente el acuerdo firmado por Turquía y la UE para frenar el flujo migratorio.

En ese acuerdo Ankara se comprometió a aceptar de vuelta a los inmigrantes económicos que lleguen desde su terreno a las islas griegas de forma ilegal y a cambio la UE le prometió una ayuda de hasta 6.000 millones de euros.

El pacto incluyó también la supresión de visados pero éste último punto, que en principio iba a producirse en junio, sigue pendiente porque Bruselas estima que Ankara todavía no ha cumplido todos los requisitos y debe aún reformar su ley antiterrorista para cumplir con los estándares europeos.

En la entrevista, el presidente turco se muestra muy crítico con la actuación de las autoridades europeas tras la intentona de golpe de Estado, sobre todo con la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini.

"Mogherini no debería haber hablado desde fuera, debería haber venido aquí. Cuando en París mueren cinco o seis personas todos van allí. En Turquía ha habido un golpe contra la democracia que ha costado 238 mártires y hasta ahora no ha venido ninguno", criticó.

Y añadió: "Si el Parlamento italiano es bombardeado, ¿qué ocurre? ¿cómo reaccionaría Mogherini, que es italiana? ¿Diría que han hecho bien, que está preocupada por los procesos que surgirían?".

En este sentido cuestiono si "Occidente está de la parte de la democracia o del golpe", del que responsabilizó al clérigo Fethullah Güllen, quien en opinión de Erdogan dirige una cofradía "mafiosa" desde Estados Unidos, donde reside.

En relación con la posibilidad de que Turquía reintroduzca la pena de muerte tras la intentona golpista, Erdogan destacó que muchos otros países del mundo cuentan con la pena capital y destacó que el 57 % de los turcos según los sondeos lo apoyaría.

"Si el Parlamento turco lo vota, estamos preparados para reintroducir la pena de muerte", aseguró.

En la entrevista al canal público italiano también abordó la situación judicial de su hijo Necmettin Bilal, investigado por la Fiscalía de Bolonia (norte de Italia) por supuesta fuga de capitales.

"El caso de la investigación sobre mi hijo en Bolonia podría dificultar nuestras relaciones con Italia, que debería ocuparse mejor de la mafia", concluyó.