Autoridades y personalidades políticas de Uruguay, familiares y allegados dieron hoy su último adiós a Eleuterio Fernández Huidobro, ministro de Defensa fallecido la madrugada de este viernes, entre la emoción de sus correligionarios y el respeto de sus adversarios políticos a su quehacer histórico.

De origen español -sus padres eran de Melgar de Arriba, un pequeño pueblo ubicado en la provincia de Valladolid-, Huidobro nació en Montevideo en 1942 y fue uno de los fundadores en los años 60 de la guerrilla de izquierdas Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).

"Pertenecemos a un tiempo que se va", dijo durante el entierro el expresidente José Mujica (2010-2015), quien, al igual que Huidobro, estuvo encarcelado durante la dictadura uruguaya (1973-1985) y permaneció hoy al lado de su féretro hasta el último instante.

"Sé perfectamente que vas a vivir allí donde haya una causa que redimir, donde haya gente aplastada, olvidada, donde haya un sueño por el que vale la pena comprometer la vida para luchar. Querido compañero, frente a las injusticias, Ñhasta siempre!", exclamó por último Mujica, lloroso y con la voz quebrada por la emoción.

A ese tiempo al que se refirió Mujica, de la guerrilla urbana de izquierdas del MLN-T que actuó entre los 60 y comienzos de los 70, también perteneció el actual ministro del Interior, Eduardo Bonomi, asimismo apresado durante la dictadura y quien acompañó hoy a Huidobro hasta su sepelio.

El ministro del Interior destacó en su alocución la "honestidad intelectual" de Huidobro para tomar decisiones en "circunstancias difíciles".

Antes de ser sepultado, su cadáver fue velado en la sede del Ministerio de Defensa, a donde se acercó el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, que permaneció en el lugar algo menos de una hora y no ofreció declaraciones a la prensa.

Acudió también al velatorio el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, quien destacó ante los periodistas la "inteligencia", "capacidad de análisis" y "picardía" de Huidobro y el liderazgo que ejerció para institucionalizar a los tupamaros.

"Yo lo valoro mucho porque la vuelta al sistema democrático de este sector de la sociedad, de los tupamaros, fue un reconocimiento a que la democracia es un valor que hay que conservar", indicó Nin Novoa.

Otras autoridades que se acercaron a dar su último adiós a Huidobro fueron las ministras de Desarrollo Social y de Educación y Cultura, Marina Arismendi y María Julia Muñoz, respectivamente.

"Un hombre con una larga historia, muy vinculada a todo lo que muchos de nosotros somos. En el acuerdo, en el desacuerdo, hemos recorrido toda una etapa de historia de Uruguay juntos. ''El ñato'' -apodo popular de Huidobro- es en definitiva un símbolo, junto con algunos otros, de tantos y tantas que dieron su vida por la transformación de la sociedad uruguaya", dijo Arismendi.

Muñoz, por su parte, destacó que el fallecido era "un hombre de convicciones profundas que siempre invitaba a la reflexión".

"Polémico pero comprometido", añadió.

Entre los representantes de la oposición que se acercaron al velatorio, el senador del Partido Nacional Luis Alberto Heber dijo que Huidobro fue un "leal adversario" y dividió su trayectoria política en dos: "cuando atacó la democracia" como miembro del MLN-T y cuando "admitió la democracia y la representó en el Parlamento".

El ministro de Defensa fue sepultado en el cementerio del barrio Buceo de Montevideo con el féretro cubierto con las banderas del MLN-T y del equipo de fútbol del Peñarol, del que era un seguidor fanático.

Hasta allí se acercaron centenares de personas para ofrecer sus respetos a los familiares y allegados.

Huidobro llevaba al frente del Ministerio de Defensa desde 2011, en los gobiernos de Mujica y de Vázquez.

Su fallecimiento tuvo lugar en un hospital militar como consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) que padecía desde hace años.