La operación policial desplegada esta semana en Bruselas tenía como objetivo la búsqueda de Oussama Atar, primo de los hermanos El Bakraoui, que atentaron el pasado 22 de marzo en el metro y en el aeropuerto de Bruselas, según informaron hoy varios medios locales.

Esta operación, ocurrida la noche del pasado jueves al viernes en varios puntos de la capital belga y en la que la Policía detuvo a tres personas que posteriormente fueron liberadas, buscaban a este ex combatiente que estuvo en Irak en la misma cárcel que el autoproclamado califa del grupo terrorista Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi.

La fiscalía había simplemente indicado que la investigación tenía como objetivo un combatiente retornado de Siria de tipo "peligroso", según recogen los diarios Sudpresse y Het Nieuwsblad.

En la operación no se encontraron armas ni explosivos y fueron detenidas tres personas, Asma A. y Malika B., la hermana y la madre de este sospechoso, y Wassime A, de la que de momento no se han conocido más datos.

Los tres detenidos fueron liberados al día siguiente.

Los otros primos de Atar permanecen detenidos desde junio sospechosos de planificar un atentado en la zona de la pantalla gigante que se instaló para los seguidores de la selección belga en la Eurocopa en Bruselas.

Khalid e Ibrahim El Bakraoui -este último junto a otro terrorista, Najim Laachraoui- se inmolaron el 22 de marzo en el metro de Maelbeek y en el aeropuerto de Zaventem, respectivamente, en unos atentados que causaron 32 muertos y centenares de heridos.

Poco después salió a la luz que Khalid había reclamado el subsidio de desempleo en persona once días antes de los atentados sin causar la más mínima alarma, pese tener una orden de busca y captura de Interpol por terrorismo emitida en diciembre.

El Bakraoui fue interceptado el 11 de junio de 2015 en Turquía cerca de la frontera con Siria y el 26 de junio la policía turca informó de su detención al funcionario de enlace belga, el representante de la Policía belga en el país.

Turquía informó a Bélgica de que El Bakraoui iba a abandonar el país hacia Holanda.

El ministro belga del Interior, Jan Jambon, admitió cuando se conocieron los hechos que hubo negligencia en la gestión del caso y consideró "inaceptable" que no se hiciese "nada esencial" entre su detención en Turquía y su deportación a Holanda.