El presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha cancelado su primer viaje oficial al extranjero, que tenía previsto efectuar hoy y mañana a Brunéi, por el atentado perpetrado anoche por el grupo islamista Abu Sayyaf, defensor del Estado Islámico (EI), que ha causado 14 muertos y 67 heridos.

El jefe de Estado permanecerá en Filipinas para supervisar la respuesta del Gobierno en la gestión de las repercusiones del ataque con bomba en un mercado de la ciudad de Davao (sur), según el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Martin Andanar, citado por el diario local Manila Bulletin.

El mandatario tenía previsto partir esta tarde de Manila para reunirse con el sultán de Brunéi, Hasanal Bolkiah, y con la comunidad filipina presente en el país.

Andanar confirmó la presencia de Duterte en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que tendrá lugar en Laos del 6 al 8 de septiembre, en la que mantendrá reuniones con varios líderes, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama.

Duterte declaró hoy el "estado de anarquía" en Filipinas por el atentado reclamado por Abu Sayyaf.

"Vivimos tiempos extraordinarios. Estamos intentando lidiar con esta crisis ahora. Parece que hay un ambiente de anarquía", explicó el mandatario filipino que fue durante 22 años alcalde de Davao.

La bomba se produce pocos días después de que el Gobierno anunciara una intensificación en la ofensiva contra Abu Sayyaf, después de que al menos 15 soldados resultaran muertos en enfrentamientos con los insurgentes en la ciudad de Patikul, en la provincia meridional de Sulu.

Aunque Davao está considerada como una de las poblaciones más seguras de Filipinas, forma parte de una convulsa zona donde operan varios grupos rebeldes musulmanes y comunistas.

Abu Sayyaf, creado en 1991 en el sur de Filipinas por un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, ha protagonizado algunos de los ataques terroristas más sangrientos del país.