Túnez celebró hoy con una fiesta y gran ilusión la llegada del primer crucero turístico en dos años, un maná para su frágil economía perdido tras el cruento atentado perpetrado el 18 de marzo de 2015 por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el museo de El Bardo.

Aquel día, dos jóvenes armados con fusiles de asalto penetraron en el museo y tirotearon a sangre fría a 22 turistas que habían descendido de uno de esos barcos.

Nada más conocerse la noticia, agencias de cruceros de todo el mundo cancelaron su tradicional escala en el puerto de La Golette, hasta que esta mañana volvió a atracar la nave "Europa", que tocó tierra con 196 turistas a bordo, en su gran mayoría alemanes.

"Es un honor para nosotros ser los primeros", explicó a Efe uno de los pasajeros, de nacionalidad alemana, que dijo haberse sentido muy seguro en todo momento.

"Totalmente seguros. No es que sea un estado policial, es que han cuidado de nosotros, los turistas. Y eso es una cosa muy buena. Yo creo que a los alemanes les gusta Túnez y les vamos a convencer de que esto ocurra en un futuro próximo", afirmó sobre el eventual regreso de los turistas.

Con la misma esperanza se presentó en el puerto de La Golette la ministra tunecina de Turismo, Salma Elloumi-Rekik, quien agradeció al capitán del "Europa" su escala y despidió a los turistas con una recepción y un pequeño concierto de música clásica.

"Es una gran noticia para el turismo. Es el primero de una decena que llegarán antes de enero de 2017", explicó a los periodistas el director de la terminal de cruceros del puerto de La Golette, Mustafá Jabeur.

Tres meses después de atacar El Bardo, un tercer pistolero suicida asesinó a tiros a 38 turistas más en la playa privada de un hotel de lujo en la ciudad de Susa, situada a unos 190 kilómetros al suroeste de la capital tunecina.

Ambos crímenes, unidos al que en noviembre de 2015 segó la vida de 12 guardias presidenciales en la capital -también reivindicado por el EI- hundieron el sector del turismo, esencial en la estructura económica del país.

El turismo representa en Túnez cerca del 6,5 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), supone e torno a 350.000 empleos directos y 100.000 más indirectos, con un alto porcentaje de trabajadores temporales.

Tradicionalmente ha recibido en torno a seis millones de turistas anuales, en su mayoría viajeros procedentes de Francia, Alemania, el Reino Unido e Italia, que además de su riqueza histórica buscan el descanso en sus playas.

Las autoridades tunecinas se quejan desde hace meses de que, a pesar de lo avances y reformas aplicadas en seguridad, el sector no remonta debido a las advertencias de viaje que mantienen los gobiernos, especialmente los europeos.

Estas advertencia, visibles en las páginas web de los ministerios de Asuntos Exteriores, hacen que las seguros de viaje exigidos a los tour operadores se encarezcan y estos o eludan este tipo de destinos o igualmente los encarezcan.

El hundimiento de destinos en el sur del Mediterráneo a causa de la violencia yihadista, caso de Túnez pero también de Egipto, ha favorecido el incremento de las reservas en destinos como España, Francia o Italia.