Una delegación del Gobierno birmano visitará hoy el estado occidental de Rakhine ante el temor a un nuevo brote de violencia "sectaria" tras el reciente asalto de casi un centenar de hombres armados a tres puestos de policía cerca de la frontera con Bangladesh, informó la prensa estatal.

El ministro de Información, Pe Myint, encabeza la misión gubernamental, que persigue informar a la población para mantener la paz y la estabilidad, según el diario "The Global New Light of Myanmar".

La delegación se centrará en el distrito de Maungtaw, fronterizo con Bangladesh, donde durante la madrugada del domingo unos 90 individuos armados participaron en un asalto que causó 17 muertos -nueve policías y ocho atacantes- y dejó heridos a otros cinco agentes.

Las autoridades se refirieron a los atacantes como "terroristas" pero evitaron confirmar si eran miembros de la minoría musulmana rohingya, perseguida y marginada en Rakhine por la mayoría budista.

La seguridad en la zona ha sido reforzada con el despliegue del Ejército, que el lunes mató a cuatro supuestos insurgentes que les tendieron una emboscada, según el mismo periódico.

En cambio, vecinos de un barrio rohingya de Maungtaw denunciaron a Radio Free Asia que las muertes ocurrieron durante un rastreo casa por casa que la policía y el Ejército llevaron a cabo en busca de armas escondidas.

En el estado de Rakhine, al que pertenece Maungtaw, viven más de un millón de rohingya, una minoría que reside en Birmania (Myanmar) desde hace siglos, pero cuyos miembros no son reconocidos como ciudadanos birmanos sino como inmigrantes bengalíes.

Unos 120.000 de los rohingya viven confinados en 67 campos y sufren todo tipo de restricciones desde el brote de violencia sectaria en 2012 que causó al menos 160 muertos, la mayoría miembros de esta minoría.

El de los rohingya es un asunto sensible en la política birmana, condicionada por grupos radicales budistas que llevaron al anterior Ejecutivo a adoptar múltiples medidas discriminatorias contra este colectivo, incluida la privación de movimientos.

El Gobierno birmano, liderado por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, creó en agosto una comisión encabezada por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, que elaborará un informe con recomendaciones para solucionar el conflicto sectario.