La Corte Penal Internacional (CPI) se debilita tras la salida hoy de Gambia, que sigue los pasos de Sudáfrica y Burundi, al producirse así un efecto llamada para condenar el supuesto sesgo en la persecución de varios líderes africanos.

"A mí no me preocupa la supervivencia de la corte porque eso no está en cuestión, lo que me inquieta es su relevancia, y el ascenso de los crímenes en los países africanos", explicó el exfiscal jefe de la CPI, Luis Moreno Ocampo, en una entrevista con Efe.

A juicio de Moreno Ocampo, esto es una "declaración de guerra" contra las minorías africanas y un mensaje de los líderes africanos para "dejar claro que pueden cometer crímenes masivos para mantenerse en el poder".

Además, señaló, los países que se van son aquellos "que han cometido crímenes de guerra o de lesa humanidad", como Burundi, y lamentó que el mundo esté convirtiéndose en un lugar "tribal, donde las leyes están desapareciendo".

Al igual que manifestó el Gobierno de Burundi, el ministro de Información de Gambia, Sheriff Bojan, acusó a la CPI de "parcialidad" y aseguró que solamente "persigue y humilla a las personas de color, especialmente a los líderes africanos".

En ese sentido, agregó que la CPI "pasa por alto los crímenes cometidos por Occidente", en referencia a la negativa a procesar al exprimer ministro británico Tony Blair por la guerra de Irak.

Según Moreno Ocampo, esto es "una excusa para cometer crímenes" y recordó que la gran mayoría de los casos que están siendo investigados por la CPI fueron remitidos "precisamente" por los presidentes africanos.

La decisión de Sudáfrica llegó en medio de la polémica iniciada el año pasado, cuando ese país recibió al presidente sudanés, Omar al Bashir, contra quien pesa una orden internacional de arresto por presuntos crímenes de guerra y de lesa humanidad.

"Estas retiradas son un duro golpe para un tribunal que necesita precisamente más fuerza y apoyos", declaró a Efe la jurista sudafricana Angela Mudukuti y representante de la CPI en el Centro Sudafricano de Litigios (SALC).

Mudukuti lamentó que Al Bashir no haya sido detenido en cumplimiento de las leyes nacionales de Sudáfrica y las internacionales, y explicó que "no hacerlo fue ilegal".

La jurista sudafricana resume que estas fueron "decisiones individuales" y no de "África como unión", a pesar de que Namibia y Kenia hayan iniciado los preparativos internos para abandonar también la corte.

Por su parte, Toby Cadman, especialista en Derecho Internacional, lo calificó de "motín de los países africanos que se sienten discriminados" por la CPI, aunque recordó que "salir de ella no les exime de sus responsabilidades ante la justicia internacional".

Sin embargo, reconoció que es "un golpe fuerte" para la CPI y señala que "abandonar no es la solución, sino que se debe buscar fortalecer el marco institucional y actuar de una manera comprometida para hacer frente a la impunidad".

No obstante, Cadman les pidió que "reconsideren su decisión" y lamentó que estén creando un "precedente" para que otros países sigan su ejemplo.

Estos países han enviado su solicitud de salida a la Secretaría General de Naciones Unidas, pero esto no tendrá efectos inmediatos. "El proceso puede durar hasta un año, aún no nos ha llegado ninguna notificación", explicó una fuente de la Corte.

La Corte Penal Internacional fue creada en 2002 con un gran respaldo de los países africanos para juzgar casos de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.

Su labor hasta ahora "ha sido excelente", según Moreno Ocampo, quien reiteró que la corte siempre ha tenido el objetivo de "proteger a individuos en todo el mundo" y para él, Sudáfrica "no se da cuenta de que este paso es un riesgo enorme que puede devolver a África a las guerras internas".

Para Moreno, el primer fiscal (2003-2012) de la CPI, este tribunal "seguirá existiendo e intentando hacer justicia, como hizo hasta ahora, pero si estos países se van, se dispararán la represión y los crímenes" en África.

"No es que la CPI necesite a África, es que es África la que necesita a la CPI para proteger a las minorías reprimidas por sus líderes", subrayó.