El escrutinio casi completo (95,17 %) de los votos de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Bulgaria celebradas el domingo confirman la victoria de Rumen Radev, un independiente apoyado por la oposición socialista, informó hoy la Comisión Central Electoral.

Radev, antiguo comandante de las Fuerzas Aéreas Rumen Radev sin experiencia política, quedó en primer lugar con un 25,7 % de las papeletas, seguido de Tzetzka Tsacheva, candidata del gubernamental Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) y actual presidenta del Parlamento, con el 22 %.

Dado que ningún candidato ha conseguido la mayoría simple requerida para ser nombrado en la jefatura del Estado, Radev y Tsacheva volverán a enfrentarse el próximo domingo, 13 de noviembre, en la segunda ronda de los comicios.

La participación fue del 45,11 % cuando faltaban tres horas para el cierre de los colegios electorales, según los últimos datos suministrados por la Comisión, mientras que dos sondeos a pie de urna la cifran en el 54,9 y el 57,1 %.

Los analistas ven en el resultado una derrota del gubernamental Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) y el propio primer ministro, Boiko Borisov, prometió que si su candidata no gana la presidencia el domingo próximo, dimitirá al día siguiente, aunque solo para volver a triunfar en unas eventuales elecciones parlamentarias anticipadas.

El jefe de Gobierno se mostró hoy optimista al declarar que su partido está en su mejor forma como primera fuerza política.

Desde 2009, el GERB de Borisov domina la política búlgara, donde controla el poder ejecutivo y la presidencia con el saliente jefe del Estado, Rossen Plevneliev.

"Tenemos todas las posibilidades y oportunidades de vencer en la segunda vuelta. Si no lo logramos el domingo próximo, el lunes dimitimos y vamos a elecciones generales anticipadas. Si vencemos, entonces el Gobierno será estable", afirmó el mandatario.

La actual coalición en el poder está formada por el GERB, el derechista Bloque Reformista y el nacionalista Frente Patriótico, cada uno con su propio candidato a la presidencia y con constantes fricciones desde que llegaran al poder a finales de 2014.

Unas elecciones anticipadas abrirían un nuevo periodo de incertidumbre política en el país, al igual que se produjo tras las protestas sociales que llevaron a la caída del primer gobierno de Borisov en 2013 y a un débil gabinete técnico posterior, hasta las elecciones del año siguiente.