El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, admitió hoy que el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden sacó a la luz con sus revelaciones "preocupaciones legítimas", pero consideró que no puede indultarle.

"No puedo indultar a nadie que no haya sido condenado por un tribunal. Creo que el señor Snowden sacó a la luz algunas preocupaciones legítimas. Si decidiera entregarse a la Justicia y sus abogados presentaran esos argumentos, serían tenidos en cuenta", aseguró el presidente en declaraciones al semanario "Der Spiegel".

Obama aludió a la situación del exanalista, quien se encuentra exiliado en Rusia, y a las reiteradas solicitudes de que le indulte antes de dejar la presidencia que han formulado diversas organizaciones y activistas pro derechos humanos.

Snowden, de 33 años, reveló los programas secretos de vigilancia masiva de registros telefónicos y de internet que mantenía la NSA impulsados por el expresidente George W. Bush y seguido por Obama.

Está acusado en su país de espionaje y robo de documentos del Gobierno. Los congresistas del Comité de Inteligencia pidieron el pasado septiembre a Obama que rechazara la petición de indulto impulsada por una coalición de organizaciones de derechos humanos en nombre del propio Snowden.

Ese mismo mes, un tribunal de apelación noruego desestimó la demanda interpuesta por Snowden contra el Estado noruego para poder viajar hoy a este país nórdico con el fin de recoger un premio otorgado por el Pen Club sin riesgo a ser extraditado a Estados Unidos.

La asociación de escritores le había otorgado en marzo el premio Ossietzsky por su labor en favor de la libertad de expresión y, ante la falta de garantías para Snowden, que ha recurrido al Tribunal Supremo noruego, decidió aplazar la entrega del galardón hasta junio del año que viene.

No obstante, el Pen Club mantuvo el acto previsto para este viernes con motivo del día de los escritores encarcelados y difundió un mensaje de vídeo de Snowden, en el que el exanalista instó a luchar contra los recortes de los derechos fundamentales que suponen las leyes que se aprueban en el marco de la lucha contra el terrorismo.