El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y el electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparten sus perfiles "controvertidos y extravagantes, así como su deseo de salvar al país", un objetivo que Berlusconi "no consiguió", según el periodista estadounidense Alan Friedman.

Friedman, residente en Italia, acaba de publicar en español "A su manera: Berlusconi se confiesa como nunca antes" (Península), una recopilación de cien horas de entrevistas realizadas entre abril de 2014 y septiembre de 2015 de las que deduce que Berlusconi "es mejor político que empresario", ya que "no consiguió hacer algo bueno para la economía italiana".

"En el libro, Berlusconi describe las similitudes de su ascenso y el de Trump y cómo logró sus primeros millones en los sectores inmobiliario y de comunicación hasta que finalmente lanzó su propio partido político y fue elegido primer ministro", explicó el neoyorquino a Efe.

Las entrevistas, que ven ahora la luz en forma de documental y de biografía autorizada, repasan la controvertida vida del político italiano, aunque también sus primeros pasos en la construcción, la compra del club de fútbol Milán o sus famosas fiestas privadas, así como las actividades que ocupan su vida actual, con 80 años y ya alejado de la vida pública.

"Estoy empezando a sentirme viejo, les dije a mis hijos y a mi familia que cuando me haya ido pueden venderlo todo menos dos cosas: la participación en el Milán y mi villa de Árcore", a las afueras de esa ciudad, explica Berlusconi en el libro.

Conocido como "Il Cavaliere", el italiano nació en el seno de una familia de clase media y dio sus primeros pasos como empresario en el sector de la construcción en los años 60.

Con la llegada de los 80, Berlusconi dio el salto al negocio televisivo con la compra de tres canales privados: "Italia1", "Rete 4" y "Canale 5", que acabaron con el monopolio de la RAI, la televisión pública italiana.

En 1993, creó el partido Forza Italia, seduciendo rápidamente al electorado que le eligió como primer ministro en 1994, aunque dimitió de su cargo antes de finalizar el año, tras el anuncio preliminar de una investigación contra él por corrupción, justamente mientras presidía en Nápoles una cumbre sobre el crimen organizado.

Después de varios años en la oposición, Forza Italia regresó al poder con Berlusconi como primer ministro en el período de 2001 a 2006 y posteriormente de 2008 a 2011, cuando finalmente dimitió de su puesto, con una Italia inmersa en una profunda crisis económica y de confianza por parte de los inversores.

Tal y como destaca Friedman, "ahora Berlusconi no tendrá mucho futuro político, aunque le gustaría influir en el centro-derecha de la política italiana. No obstante, su partido solo cuenta con un 11 o un 12 por ciento de apoyos".

"Berlusconi es una figura muy importante en la historia reciente de Italia y eso me motivó a intentar convencerle para que me contara su vida para un libro y un documental", afirmó Friedman.

El ex primer ministro fue testigo y protagonista de numerosos acontecimientos internacionales durante los últimos 20 años y sigue siendo, a día de hoy, el mandatario que permaneció más tiempo en el poder de la historia de su país después de la Segunda Guerra Mundial.

Al ser preguntado por la política de asuntos exteriores de Berlusconi, Friedman, que ha trabajado para diarios internacionales como "Financial Times" o "The Wall Street Journal", señaló que "tenía razón sobre Libia en 2011 y también al intentar impedir a George W. Bush invadir Iraq en el año 2003, aunque la influencia de Italia no era relevante".

El político destacó también por sus buenas relaciones con líderes internacionales controvertidos como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, o el expresidente de Estados Unidos George W. Bush, al que ayudó con tropas italianas en la ofensiva en Iraq, aunque finalmente retiraría los apoyos.

El periodista describió su encuentro con el político italiano como "fascinante, aunque también agotador y doloroso", ya que le requirió mucha paciencia y dedicación.

A lo largo del libro, Friedman, que conoció a Berlusconi hace 30 años, retrata a "un seductor nato" acosado por las acusaciones de prostitución de menores en el conocido Proceso Ruby, del que finalmente fue absuelto.