El conservador Nikola Gruevski acude como claro favorito a las elecciones anticipadas que se celebran el domingo en Macedonia, a pesar de haber tenido que dimitir por un escándalo de escuchas, del que no ha podido sacar provecho el hombre que lo sacó a la luz, el socialdemócrata Zoran Zaev.

Gruevski, de 42 años y líder de la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia-Partido Democrático de Unidad Nacional (VMRO-DPMNE), ha sido primer ministro durante los últimos 10 años, gobierno repartido en nada menos que cuatro mandatos (2006-2008, 2008-2011, 2011-2014, 2014-2016).

En enero de 2016 se vio obligado a dimitir por un escándalo de escuchas revelado por la Unión Socialdemócrata de Macedonia (SDSM) de Zaev, que le relacionaba con supuestos delitos financieros y electorales.

Antes de hacerse con el liderazgo del partido en 2003, cuando estaba en la oposición, fue ministro de Economía y de Finanzas en el Gobierno del ex primer ministro Ljubcho Georgievski (1998-2002).

Gruevski, que se presenta a sí mismo como adicto al trabajo, fundó la asociación de corredores de bolsa del país en 1998 e hizo la primera operación de compraventa registrada en la bolsa de Skopje.

Comenzó a hacerse un nombre en el país cuando introdujo varias reformas impositivas después de que la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) cambiara su economía hacia el libre mercado.

Durante esos años Gruevski comenzó el proceso de privatización de propiedades públicas que habían estado en manos privadas antes de que el partido comunista de Yugoslavia las nacionalizara tras la Segunda Guerra Mundial.

ARYM fue una de las repúblicas yugoslavas hasta alcanzar la independencia en 1991.

Gruevski accedió finalmente a ser primer ministro en 2006 después de tres años de Gobierno de la SDSM (2002-2006) y su gestión se ha centrado fundamentalmente en la economía.

Entre los logros de sus años de Gobierno se encuentra que el Estado devolviera casi la totalidad de la deuda contraída con el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el país haya mantenido una constante tasa de crecimiento, lograra el descenso en casi 15 puntos de la tasa de paro y atrajera a muchos inversores internacionales.

Al mismo tiempo muchas organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos le critican por haber limitado las libertades públicas en el país.

A pesar de todo Gruevski gozaría, según los sondeos, de un 20 % de los sufragios en las elecciones, mientras Zoran Zaev solamente obtendría un 11 %.

Zaev, de 42 años, líder de la SDSM y economista al igual que Gruevski, es desde 2005 alcalde de la localidad de Strumica, en el sureste de ARYM, cerca de la frontera con Bulgaria, y nunca ha ejercido un alto cargo en el Gobierno nacional.

Zoran Zaev./GEORGI LICOVSKI (EFE)

Accedió a la presidencia de su partido en 2013, aunque su carrera política empezó en 2003 como parlamentario por los socialdemócratas.

Procede de una familia acomodada dedicada a la exportación de productos agrícolas en Strumica, donde como alcalde se le reconoce el buen desarrollo de la ciudad, la única del país con distribución de gas natural.

El líder socialdemócrata ha tratado de abrir durante la campaña electoral el espectro de voto del SDSM, tradicionalmente de etnia macedonia, a la minoría albanesa (que constituye un 25% de la población), aunque con el riesgo de perder a su base tradicional de votantes.

Zaev es el primer político macedonio que ha ofrecido más derechos a los albaneses, especialmente para el uso de su lengua y más competencias para las localidades con mayoría de esa etnia, temas impopulares entre la mayoría macedonia.

El líder socialdemócrata fue quien destapó el escándalo de las escuchas que en enero pasado obligó a Gruevski a dimitir.

Sin embargo, la investigación judicial abierta le ha salpicado también a él, y la fiscalía ha presentado cargos en su contra por "violencia contra los más altos funcionarios del Estado", después de que Gruevski denunciase que Zaev le amenazó con hacer públicas las escuchas telefónicas si no dimitía.