Las tropas japonesas desplegadas en el exterior pueden desde hoy, y por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial, disparar para rescatar o defender a soldados aliados a raíz de una histórica y polémica reforma legislativa de 2015.

El contingente de las Fuerzas niponas de Auto Defensa en Sudán del Sur, la única misión de paz en la que participa Japón en estos momentos, comienza desde hoy a operar bajo las nuevas y polémicas directrices.

Ello les permite ejecutar operaciones para rescatar o defender a personal de las fuerzas de paz de la ONU que se encuentren retenidos o bajo ataque.

La misión en Sudán del Sur genera controversias en Japón, donde la oposición han denunciado que las tropas podrían verse involucradas en acciones militares que vulnerarían la Constitución pacifista nipona.

Hasta ahora, el artículo 9 de la Constitución adoptada por Japón a instancias de la ocupación estadounidense tras su derrota en la II Guerra Mundial impedía el uso de la fuerza para resolver conflictos -solo se contemplaba la posibilidad de responder en caso de ataque- y no permitía que las tropas combatieran en el exterior.

La reforma, que pretende dotar a Japón de un rol más activo en materia de seguridad multilateral, permite a las Fuerzas de Auto Defensa realizar las mismas misiones que ya ejecutan los ejércitos de otros países que forman parte del contingente de paz en Sudán del Sur, recalcó hoy un portavoz del Gobierno a la agencia Kyodo.

Desde 2012 Japón ha destinado periódicamente unidades a la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en la República de Sudán del Sur (UNMISS) que hasta ahora se habían dedicado principalmente a tareas de ingeniería para la construcción de carreteras y otras infraestructuras.

La nueva unidad, que esta compuesta por 350 efectivos (de los cuales 60 pertenecen a la guarnición dedicada a operaciones de rescate o asistencia), está destinada en la capital del país africano, Yuba.