El expresidente iraní Akbar Hashemí Rafsanyaní, una de las personalidades más influyentes de la escena política iraní desde la Revolución Islámica y estrecho colaborador del imán Jomeiní, falleció hoy a los 82 años de un infarto.

El clérigo y veterano político, que ocupó la presidencia entre 1989 y 1997, ingresó tras sufrir el ataque cardiaco en el hospital Shohada de Tajrish, en el norte de Teherán, donde los médicos no lograron salvar su vida, según informaron los medios oficiales.

Entre los numerosos puestos ostentados por Rafsanyaní desde la Revolución Islámica de 1979 destaca también la jefatura de la todopoderosa Asamblea de Expertos entre 2007 y 2011, un órgano entre cuyas atribuciones figura el control y, de ser necesario, la destitución y elección del líder supremo.

Desde finales de la década de los 80 y hasta la actualidad encabezó asimismo el Consejo del Discernimiento, que media entre los poderes del Estado.

Las muestras de condolencias se sucedieron nada más conocerse la noticia de su muerte. El líder supremo iraní, Alí Jameneí, calificó de "compañero de lucha y amigo" a Rafsanyaní, recordando los 59 años de colaboración entre ambos.

"Es difícil y dolorosa la falta del compañero. Su gran inteligencia y cercanía durante aquellos años (la Revolución Islámica) fue un apoyo para todos sus compañeros y sobre todo para mí", subrayó en un comunicado.

Rafsanyaní fue una de las figuras principales de la formación de la República Islámica y ayudó en la elección de Jameneí para suceder a Jomeiní.

Por su parte, el presidente iraní, Hasán Rohaní, habló de "gran hombre de la revolución y la política, símbolo de paciencia y resistencia".

"El islám perdió un valioso capital, Irán un gran dirigente y la Revolución Islámica un valiente guardia", agregó.

También el ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, expresó su pésame y definió a Rafsanyaní como "un gran científico, un distinguido ulema, un guerrero incansable y el amigo de toda la vida del imán Jomeiní y del líder supremo (Jameneí)"

Las autoridades iraníes han declarado tres días de luto y han anunciado que el funeral oficial se celebrará el próximo martes en la capital iraní.

Sin esperar a las exequias, decenas de sus seguidores se congregaron ante el hospital y en la conocida mezquita de Yamarán, próxima a la casa del imán Jomeiní, adonde también acudió la familia.

Hoseín, un vecino de la zona, dijo sentirse "triste desde el fondo de corazón": "Hemos perdido a un personaje muy importante, realmente era la columna de la revolución", subrayó.

Otro de los congregados en señal de homenaje, el universitario Mohsen Zare, destacó por su parte que Rafsanyaní siempre "apoyaba y comprendía bien a los jóvenes".

Nacido en Rafsanyan, oeste de Irán, el 25 de agosto de 1934, en el seno de una familia religiosa, se trasladó a la ciudad santa de Qom en 1948 para cursar estudios científicos y teológicos.

Rafsanyaní desempeñó una intensa actividad política contra la dinastía Pahlevi, por la que fue encarcelado, y que tuvo gran influencia en el desarrollo de la Revolución Islámica.

Tras el derrocamiento del sha, fue nombrado miembro del Consejo de la Revolución, órgano que dirigió políticamente el país hasta la celebración de los primeros comicios legislativos en 1980, en las que fue elegido diputado y presidente del Parlamento.

Se convirtió en el cuarto presidente de Irán en julio de 1989, cuando se impuso con el 94,5% de los votos a su único rival Abbas Sheibani, y renovó su mandato en las elecciones de junio de 1993.

Durante sus dos mandatos llevó a cabo un considerable trabajo de reconstrucción del país, afectado por ocho años de guerra con Irak, y amplió relaciones y la cooperación con distintos países, a excepción de Estados Unidos e Israel.

Con él en la Presidencia se inauguró en 1996 la vía férrea Mashhad-Saraj-Tajan que une Irán con Turkmenistán, y en 1997 la primera línea de metro en Teherán, cuyas obras llevaban más de veinte años interrumpidas.

Volvió a presentarse a la Presidencia en 2005, elecciones que ganó el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, y en 2013, cuando su candidatura fue descalificada por el Consejo de Guardianes.

Su influencia perduró con su elección en 2007 como jefe de la Asamblea de Expertos, aunque con su cese en marzo de 2011, que supuso un triunfo para los conservadores, perdió poder político.

En los últimos años se convirtió en uno de los valedores del movimiento reformista y, en febrero de 2016, su lista y la de Rohaní resultó ganadora en las elecciones para la Asamblea de Expertos.