Naciones Unidas dijo hoy que se ha visto obligada a suspender entregas de ayuda en el este de Mosul (norte de Irak) debido a la violencia del grupo yihadista Estado Islámico (EI), incluidos ataques suicidas y con drones.

Según el portavoz de la ONU Farhan Haq, esos ataques con aparatos aéreos no tripulados hirieron de forma leve a varios trabajadores humanitarios y obligaron a una reducción de esas actividades.

Actualmente, el mayor problema humanitario que se vive en la parte oriental de Mosul, ya liberada por las fuerzas iraquíes, es la escasez de agua.

Ello ha obligado a la ONU y a otras organizaciones a llevar agua en camiones a la 30 barrios de la ciudad iraquí, que suponen casi la mitad de la zona liberada, a la espera de que una planta de tratamiento recientemente reactivada vuelva a estar totalmente operativa.

Mientras, en la zona oeste de la ciudad, que sigue bajo control total del EI, se registran también importantes problemas humanitarios, incluidas dificultades en el suministro de agua.

La ONU, a través del portavoz, reiteró hoy su preocupación por la situación de los alrededor de 750.000 civiles que se cree que viven en la parte de Mosul en manos de los yihadistas.