La falta de confianza entre las partes es el principal escollo en el enésimo proceso negociador que hoy comenzó en Ginebra para tratar de poner fin a la guerra en Siria y entablar un programa de transición política en el país.

Así lo expresó el mediador del proceso, Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria, en una breve comparecencia ante la prensa, tras dar por inaugurada oficialmente en una ceremonia de bienvenida la nueva ronda de diálogo.

En ese evento participaron las dos delegaciones al completo, la gubernamental y la que agrupa a la oposición política y a las facciones militares, que por primera vez se reunieron en una misma sala, dado que en las anteriores rondas negociadores los contactos fueron siempre indirectos.

En la primera fila de la delegación gubernamental se encontraba el embajador de Siria ante la ONU, Bashar al Yafari, que, como en las anteriores rondas, es el jefe negociador del régimen.

En el lado opuesto, se sentaba Naser Hariri, el nuevo jefe de delegación de la Comisión Suprema de las Negociaciones (CSN), que agrupa a la oposición.

De Mistura hizo hincapié en el hecho de que si bien esta vez la composición de la CSN es más plural -incluye un 50 por ciento de representantes de grupos armados y formaciones menos críticas con el régimen- los opositores aún deben hacer más esfuerzos para unificar posturas.

"Yo preferiría una sola delegación opositora porque sería mucho más fácil para hacer mi trabajo. Y de hecho, no abandono la idea de poder alcanzar ese objetivo", sostuvo.

A pesar de que hace una semanas se anunció que los grupos opositores habrían logrado formar una delegación única, hoy de Mistura se reunió por separado con Hariri -que representa a lo que se conoce como al Grupo de Riad- y con los representantes de los denominados Grupo de Moscú y Grupo de El Cairo.

El mediador dejó claro a los beligerantes que el pueblo sirio solo quiere la paz, y les instó a actuar en consecuencia.

"Esta es una oportunidad, y tienen la responsabilidad de encontrar un entendimiento. Tienen una responsabilidad histórica de no condenar a las generaciones futuras a más años de un conflicto sangriento", dijo.

El mediador les aseguró que si lograban avanzar en el proceso de diálogo se podrían "dejar de ver violaciones masivas de derechos humanos, dejar de ver a miles de personas abandonando su hogar y su patria, dejar de ver crecer el terrorismo crece".

Dicho esto, asumió que "no espera milagros" a corto plazo, y explicó que asume esa posición porque en el pasado ha habido muchos problemas, y porque es "realista".

El contexto actual es muy distinto ahora que en 2016, dado que por un lado hace un año los países con más influencia sobre los beligerantes eran Rusia y Estados Unidos y por lo tanto eran los que establecieron el alto el fuego que dio pie al diálogo, y ahora Washington ha desaparecido de la primera línea y ha sido sustituido por Ankara y Teherán.

Además, sobre el terreno la situación también ha cambiado, tras la toma de Alepo por parte del régimen el pasado diciembre, que dejó a la oposición muy debilitada y controlando solamente el 13 por ciento del territorio.

A pesar de este cambio de fuerzas, De Mistura es consciente que la balanza aún no está totalmente inclinada hacia a un lado, por lo que sabe que el proceso será lento y que la reunión que hoy comenzó será simplemente el principio de una serie que se llevará a cabo durante los próximos meses.

Las negociaciones de hoy se retoman tras diez meses de incesantes intentos de reanudarlas, después de fracasar el año pasado a causa de las incesantes violaciones al cese el fuego en vigor en aquel momento, por eso hoy De Mistura pidió a la partes que se apremien.

"Hay mucho que hacer mientras el cese de las hostilidades se mantenga".

El mediador destacó que el conflicto sirio se ha expandido a la región y al mundo, y subrayó que de la ceremonia de bienvenida participaron los representantes del Grupo Internacional de Apoyo a Siria -que agrupa a países con influencia e interés en Siria- "para mostrar el compromiso de la comunidad internacional con el fin de la guerra y una salida política".

Finalmente, recordó a las partes que se encontraban en el Palacio de las Naciones Unidas, que se trata de un lugar "lleno de simbolismo" y representa "la unidad".

"Espero que un día podamos mirar para atrás a este momento y a este lugar y ver que fue el principio de un largo y arduo camino hacia la paz", concluyó. EFE

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