Decenas de diputados, senadores y alcaldes de centroderecha retiraron hoy su apoyo al candidato conservador a la presidencia de Francia, François Fillon, debido a su probable imputación judicial por un caso de malversación de fondos públicos.

Desde que Fillon anunciase ayer de que será imputado por el caso de los supuestos empleos ficticios que concedió a su mujer y dos de sus cinco hijos, las deserciones en su campaña electoral han sido imparables.

Hasta el momento han sido al menos 60 altos cargos públicos que han expresado su oposición a que Fillon se presente a los comicios del 23 de abril y del 7 de mayo.

Algunos de ellos han sugerido al alcalde de Burdeos, el exprimer ministro Alain Juppé, como el mejor sustituto.

La dimisión ayer del responsable de Asuntos Internacionales y Europeos, el exministro Bruno Le Maire, desencadenó una cadena de renuncias en varias de las familias políticas que arropaban a Fillon, quien, hasta el pasado enero, era el claro favorito a ser el sustituto del socialista François Hollande como presidente de Francia.

Al menos una veintena de cargos leales a Le Maire han abandonado el barco, entre ellos el director adjunto de campaña de Fillon, Sébastien Lecornu.

Al menos otra veintena de cargos próximos a Juppé, quien fue ampliamente batido en las primarias del centroderecha del pasado noviembre por Fillon, siguieron la estela de los cercanos a Le Maire.

Ya se han registrado algunos movimientos de presión organizados, como el de los alcaldes y responsables regionales centroderechistas de 15 ciudades de tamaño pequeño y medio franceses, entre ellas Nancy (norte), Reims (norte) y Saint-Etienne (sureste).

"Nosotros, cargos electos de la derecha y el centro, pedimos solemnemente a François Fillon que se retire", reza el lema de estos regidores y responsables regionales, según publicó "L''Opinion".

Otro golpe duro para el candidato conservador ha sido la decisión del partido centrista Unión Demócrata Independiente (UDI), que optó ayer por echarse a un lado y suspender la campaña junto a Fillon.

También abandonaron al menos una decena de diputados próximos al expresidente francés Nicolas Sarkozy, otro de los contendientes superados por Fillon en las primarias de noviembre.

En todo caso, los afines a Sarkozy solo tomarán un posición oficial el próximo martes.

Incluso dos próximos a Fillon, el senador Marc Laménie y el diputado Gilles Bourdouleix, se han echado a un lado.

Desde Nîmes, en el sur de Francia, un Fillon visiblemente emocionado dio un mitin ante una multitud y aseguró que mantendrá su candidatura, a pesar de "los ataques violentos" que ha sufrido en las últimas semanas.

Antes de que pronunciase su discurso, su domicilio ya había sido registrado hoy por agentes de la Oficina Central de Lucha contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLICIFF) para investigar las sospechas sobre desvío de fondos públicos, tráfico de influencias y ocultación de actividades.

La probable imputación del aspirante conservador le ha hecho mella en las encuestas y solo un 25 % de los franceses están a favor de que mantenga su candidatura a las elecciones presidenciales, en las que refuerzan su condición de favoritos la ultraderechista Marine Le Pen y el socioliberal Emmanuel Macron.

Fillon, de 62 años, está en el ojo del huracán desde que la Fiscalía abriese una investigación preliminar a finales de enero por una revelación del semanario "Le Canard Enchainé".

Esta publicación satírica desveló que Fillon había contratado a su esposa Penelope como asistente parlamentaria pagada con dinero público durante varios años, pero que esta no había dejado rastro de su labor.