El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arribó hoy a Palm Beach, en donde pasará el fin de semana en Mar-a-Lago, la residencia que posee en esta localidad de Florida y a la que denomina la "Casa Blanca del sur".

El mandatario estadounidense aterrizó en el aeropuerto internacional de Palm Beach a las 6.44 de la tarde, hora local (22.44 GMT), acompañado de su esposa Melania, completamente de rojo, y su hijo Barron.

Desde la escalinata, Trump saludó a un grupo de seguidores apostados cerca de la pista de aterrizaje y lo mismo hizo Melania, quien ha viajado junto a sus padres Viktor y Amalija Knavs. En la comitiva que descendió del avión del Air Force One estuvo también el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

En su quinto fin de semana en el sur de Florida desde que asumió la presidencia el pasado 20 de enero, se esperaba que Trump hiciera uso del helipuerto construido en la zona oeste de la residencia y club social Mar-a-Lago, para así evitar el traslado por tierra desde el aeropuerto.

No obstante, a pesar de que la plataforma de cemento reforzado con acero y de 50 pies (15,25 metros) de largo, diseñada por el arquitecto Rick González, se hallaba lista para recibir al mandatario y a su familia en un helicóptero de la flota Marine One, la comitiva se ha dirigido a la "Casa Blanca del sur" en un convoy, como en las otras ocasiones.

Al igual que en una anterior visita, el convoy se detuvo brevemente y el presidente saludó a unas tres decenas de seguidores que se hallaban apostados a ambos lados de la vía que conecta Palm Beach con la manga de tierra en donde se ubica Mar-a-Lago.

Aunque todavía no se ha distribuido la agenda del presidente para el fin de semana, Trump dio a conocer hoy que esta noche sostendrá una reunión con empresarios, entre ellos el presidente de Marvel, Ike Perlmutter, y algunos médicos para abordar la atención sanitaria a los veteranos de guerra.

La Casa Blanca ha confirmado que el sábado el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, estará también en Palm Beach, y al día siguiente se trasladará más al sur, a Fort Lauderdale, para asistir a un oficio religioso.

Las visitas de Trump a esta localidad del sur de Florida siguen propiciando el pago de horas extras para brindar seguridad a la comitiva, y las autoridades de este condado esperan que el Gobierno federal o el propio presidente pueda hacerse cargo de los costos adicionales.

Según informó hoy la cadena CNN, la Oficina del Alguacil del Condado de Palm Beach gasta unos 60.000 dólares diarios en gastos de personal, en concreto horas extras, relacionados con la seguridad del presidente.

De acuerdo con la misma fuente, las autoridades de este condado contemplan la posibilidad de subir los impuestos o hacer recortes en los próximos presupuestos, si es que no ven reembolso de tales gastos.

Trump arribó a su destino floridiano tras sostener hoy un frío encuentro con la canciller alemana, Angela Merkel, en el que ambos trataron de acercar posturas respecto a la OTAN, la inmigración y los refugiados, y Ucrania.

"La inmigración es un privilegio, no un derecho, y la seguridad de nuestros ciudadanos debe ser siempre lo primero, sin cuestionamientos", subrayó Trump durante la conferencia de prensa posterior a la reunión.

La anécdota del día tuvo lugar cuando los fotógrafos entraron en el Despacho Oval y Merkel le preguntó a Trump si quería darle la mano, a lo que el presidente no respondió.