La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, se mide mañana de nuevo en las urnas frente al Partido Socialdemócrata (SPD), al que aspira a arrebatar el gobierno del estado federado de Schleswig Holstein a cinco meses de las generales.

En Schleswig Holstein, fronterizo con Dinamarca, gobierna un tripartito liderado por los socialdemócratas, pero las últimas encuestas sitúan hasta tres puntos por delante a los conservadores de Merkel.

Aunque apenas 2,3 millones de alemanes tienen derecho a voto en esos comicios regionales, si se consuma la victoria de la CDU -y aunque el SPD pueda mantener el gobierno con apoyos- los conservadores cobrarán brío en un año electoral en el que los socialdemócratas han puesto sus esperanzas en el denominado "efecto Schulz".

La elección del expresidente del Parlamento Europeo como líder del partido y cabeza de lista para las elecciones generales del 24 de septiembre hizo subir al SPD en las encuestas y llegó a superar a la CDU por primera vez en una década, pero el optimismo inicial decae y los sondeos vuelven a colocar en cabeza a las filas de la canciller.

El primer pulso en las urnas fue el pasado marzo en el Sarre, donde los conservadores, fuerza dominante en ese pequeño estado en los últimos 18 años, se impusieron con claridad a los socialdemócratas, logrando incluso 5 puntos más de apoyos que en las regionales de cinco años antes.

En Schleswig Holstein el reto de la CDU es desbancar del Gobierno al SPD, fuerza con la que prácticamente empató en 2012 (30,8 % de los votos frente a 30,4 %) pero que le arrebató el poder con una alianza con Los Verdes y el partido que representa a la minoría danesa en la región, el SSW.

Con un candidato, Daniel Günther, prácticamente desconocido y nombrado el pasado noviembre líder regional del partido, la CDU puede lograr mañana el 32 % de los votos, frente al 29 % del SPD, según el último sondeo difundido por la televisión pública.

Ni la popularidad que otorgan las encuestas al primer ministro, Thorsten Albig, cabeza de lista socialdemócrata, ni del "efecto Schultz" parecen garantizar la victoria del SPD, cuyos actuales socios también pierden apoyos.

Otra de las incógnitas de la jornada es el peso de la ultraderecha en Schleswig-Holstein, donde se estrena el partido Alternativa para Alemania (AfD) tras haber logrado representación en once de los dieciséis parlamentos regionales alemanes.

Las encuestas le auguran el 6 % de los votos, un punto más de lo exigido para entrar en la cámara regional a todas los partidos menos al representante de la minoría danesa, que puede lograr escaños con porcentajes inferiores.

Tras los espectaculares resultados conseguidos en varios "Länder" del este del país apoyados en la crisis de los refugiados -el 24 % de los votos en el estado de Sajonia-Anhalt o cerca del 21% en Mecklenburgo-Antepomerania-, los sondeos sitúan a la baja a los ultraderechistas, enredada en disputas internas.

El limitado examen de Schleswig Holstein se repetirá en grandes dimensiones el próximo fin de semana en el populoso estado federado de Renania del Norte-Westfalia, con más de trece millones de ciudadanos con derecho a voto y donde los conservadores aspiran también a desbancar del gobierno a los socialdemócratas.