La condena hoy a dos años de prisión por blasfemia contra el gobernador saliente de Yakarta, el cristiano Basuki Tjahaja Purnama, provocó enfrentamientos verbales entre sus simpatizantes y detractores.

El jurado presidido por el magistrado Dwiarso Budi Santiarto acusó a Purnama de atentar contra la unidad de Indonesia y le retiró "sus derechos políticos", tras lo que fue trasladado a la prisión de Cipinang, en el este de la capital.

La sentencia, que va a ser apelada por la defensa del condenado, pone a prueba el pluralismo religioso en el país con mayor población musulmana.

Miles de partidarios del gobernador de etnia china, conocido popularmente como Ahok, lamentaron la decisión del jurado entre sollozos e incluso algún desmayo a las afueras del Ministerio de Agricultura, donde se celebró el juicio.

"Se trata de política, los otros no quieren que Ahok se presente a las elecciones presidenciales de 2019, es un juego político", dijo la indonesia Patricia Minarsih, cristiana de 23 años, tras conocerse la sentencia.

Algunos grupos islamistas, que se han manifestado durante meses a favor de una condena rigurosa contra Ahok, también se congregaron en las cercanías del Ministerio y celebraron la decisión del tribunal, lo que llevo a confrontaciones no violentas con los partidarios del gobernador.

"El problema no fueron las elecciones sino nuestra religión, que fue insultada por Ahok, si no hacemos esto pienso que igual no estoy siendo un buen musulmán", aseveró el ingeniero indonesio Burhan Asep.

Ahok, que el mes pasado perdió los comicios locales en Yakarta frente a otro candidato musulmán, fue imputado en noviembre por unos comentarios en los que rechazó unas críticas de adversarios basadas en el versículo 51 del Corán, que el político cristiano asegura fueron manipulados.

La pena impuesta es más dura que la propuesta por la fiscalía, aunque inferior a la máxima estipulada en la legislación local, que establece hasta 5 años de cárcel por el delito de blasfemia.

Los representantes legales de Ahok precisaron que apelarán la decisión a instancias superiores y el Ministerio de Interior indicó en un comunicado que seguirá los cauces legales para reemplazar al gobernador por su segundo, Sjarot Syaiful Hidayat.

Aunque durante la lectura de la sentencia el magistrado consideró que el juicio no estaba politizado, expertos como el ponente de la universidad indonesia Jenderal Achmad Yani, Yohanes Sulaiman, argumentan lo contrario.

"(..) el juez dijo que perdió sus derechos políticos, el juez se ha salido de sus funciones, al decir, quiero que vayas a la cárcel y que pierdas el cargo, es por esto que digo que es un caso muy politizado", estimó Sulaiman.

Unos 13.000 policías se desplegaron en la capital indonesia para prevenir posibles disturbios entre partidarios y opositores a Ahok, quien el pasado 19 de abril perdió en las urnas la reelección al cargo de gobernador.

La resolución se da un día después de que el Gobierno disolviera el grupo islamista Hizbut Tahrir Indonesia (HTI) al considerar que contradice los principios de unidad y diversidad nacionales.

El juicio contra Ahok fue alentado por grupos radicales islamistas, con el Frente de Defensores del Islam a la cabeza, contrarios a que una persona no musulmana gobierne Yakarta y que organizaron varias protestas multitudinarias desde octubre.

El enfrentamiento entre Ahok, quien hasta ahora ha contado con el respaldo del presidente Joko Widodo, y el radicalismo islámico empezó cuando el primero accedió al cargo en 2014, y se intensificó con las acusaciones de blasfemia, que fueron alentadas por la oposición.

Las elecciones a gobernador de Yakarta estuvieron condicionadas por este enfrentamiento y se decidieron, en segunda vuelta, con la derrota de Ahok por más de quince puntos ante el exministro de Educación Anies Baswedan, un musulmán.

Indonesia es el país con más musulmanes del mundo, con un 88 por ciento de sus 250 millones de habitantes que profesan esta religión, la gran mayoría de forma moderada.