El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió ayer de que si se destruye la revolución bolivariana "iría a las armas", y que "lo que no se pudo lograr con los votos lo haríamos con las armas". Este discurso ha sido tomado por la oposición venezolana como la aceptación por parte del presidente de que el país "vive en una dictadura".

La jornada de ayer fue de especial violencia ya que la pelea alcanzó al interior de la sede parlamentaria, con enfrentamiento entre diputados y policías, con un ataque a la Asamblea Nacional de manifestantes armados con cohetes pirotécnicos y rematada cuando un helicóptero sobrevoló el Tribunal Supremo y, según el propio Maduro, arrojó dos bombas contra el edificio, aunque no se reportaron heridos en esta acción.

En el balance de la jornada hay que registrar una nueva muerte, esta vez se trata de un militar en el estado de Aragua, que recibió un tiro en una pierna.

El presidente fue contundente en su discurso de hoy en un acto público en Caracas: "Si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia y fuera destruida la revolución bolivariana, nosotros iríamos al combate, nosotros jamás nos rendiríamos, y lo que no se pudo con los votos lo haríamos con las armas".

Maduro pidió al mundo que escuche esta advertencia y subrayó que su Gobierno es "la única opción de paz" que tiene el país.

La amenaza de Maduro fue calificada por el jefe del Parlamento, el opositor Julio Borges, como una aceptación de que Venezuela vive una dictadura violenta, y señaló que el presidente es "quien está buscando que Venezuela vaya al caos", además de buscar su "permanencia en el poder".

Por este discurso los opositores también responsabilizaron a Maduro de que grupos civiles armados atacaran la sede del Legislativo, después de que se produjera un choque entre algunos diputados y miembros de la Guardia Nacional (GNB, policía militarizada) dentro del edificio.

Estos grupos lanzaron cohetes pirotécnicos y otro tipo de artefactos hacia el interior del Parlamento, según algunos vídeos publicados en las redes sociales.

Los parlamentarios y trabajadores permanecieron encerrados dentro del Palacio unas cuatro horas hasta que estas personas se retiraron.

En el momento del asedio, la Cámara discutía el rechazo al uso de armas de fuego y sustancias tóxicas para el control de las protestas públicas y, además, para pedir a la Fiscalía que investigue estas actuaciones que "atentan contra los derechos humanos".

la sorpresa la dio, sin embargo, un inspector de la policía científica de Venezuela (CICPC), identificado como Óscar Pérez, que sobrevoló la sede del Tribunal Supremo en Caracas en un helicóptero del cuerpo con un mensaje por la "libertad" del país, y más tarde pidió la renuncia de Maduro en un vídeo colgado en las redes sociales.

El presidente aseguró después que "esta persona lanzó unas granadas", acto que calificó como "ataque terrorista armado" contra las instituciones del país.

El agente de la policía científica fue fotografiado junto a otros uniformados a bordo de la aeronave con una pequeña pancarta en la que se leía "350 libertad" en alusión al artículo de la Constitución que llama a desconocer "cualquier régimen" que contraríe las garantías democráticas.

Óscar Pérez difundió por Instagram un vídeo en el que aparece a cara descubierta leyendo un escrito, acompañado de otros cuatro uniformados encapuchados, en el que pide a los venezolanos ir "a cada base militar" del país.

Asimismo, dijo que este martes se está realizando un "despliegue aéreo y terrestre" para "devolver el poder al pueblo democrático" y así "hacer cumplir las leyes para restablecer el orden constitucional".

Maduro señaló que se han desplegados fuerzas especiales para dar con "el helicóptero y a los que han hecho este ataque terrorista".

El presidente culpó al partido opositor Primero Justicia (PJ) de tomar "un rumbo de violencia" y dijo que sus principales líderes "están al frente de todos los hechos violentos" que se han conocido.

Las autoridades en Venezuela detuvieron a 216 personas por los saqueos a 68 comercios y por otros actos vandálicos ocurridos durante la noche del lunes en el céntrico estado Aragua, donde además falleció un militar tras recibir un disparo en la pierna durante la ola de saqueos.

Esta situación se produce en el marco de una ola de protestas a favor y en contra del Gobierno que se inició el pasado 1 de abril, algunas de las cuales se han tornado violentas y han dejado 76 muertos y más de mil heridos, según la Fiscalía.