El ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, presenta hoy un plan para acabar con la parálisis política en la región, al cumplirse el plazo dado a los partidos para que formen un Ejecutivo de poder compartido.

Las formaciones superaron el pasado jueves la fecha límite impuesta por Londres -la cuarta en seis meses- y, a pesar de que han tenido una prórroga durante el fin de semana para seguir negociando, todo indica que tampoco habrá acuerdo antes de la intervención de Brokenshire en Westminster a las 14.30 horas GMT.

Entre otras opciones, el ministro puede dar más tiempo a los partidos; convocar una nuevas elecciones regionales, cuatro meses después de las de marzo, o suspender indefinidamente la autonomía y gobernarla directamente desde Londres.

El probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante, acusa al nacionalista Sinn Féin, el principal de la católica, de efectuar demasiadas demandas para regresar al Ejecutivo.

El Sinn Féin, por su parte, sostiene que los unionistas siguen sin ceder terreno ante las propuestas relacionadas con los derechos de las minorías de la provincia británica.

En concreto, el partido nacionalista, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), cita la negativa del DUP a redactar una ley específica que oficialice el uso la lengua gaélica y a legalizar el matrimonio entre homosexuales.

Ambas formaciones también discrepan respecto al legado del pasado conflicto y los mecanismos para asistir a las víctimas e investigar los crímenes cometidos tanto por los paramilitares como por las fuerzas de seguridad durante ese periodo.

El Ejecutivo de Belfast cayó el pasado enero cuando el histórico dirigente del Sinn Féin Martin McGuinness, ya fallecido, dimitió de su puesto de adjunto de la exministra principal y líder del DUP, Arlene Foster, por un caso de corrupción en la política de energías renovables detectado en la anterior legislatura.

El Gobierno británico se vio obligado a convocar unos comicios en marzo, pero los partidos no han sido capaces de acercar sus posiciones desde entonces.