El negociador de la Unión Europea (UE) para el "brexit", Michel Barnier, pidió hoy al Reino Unido que aclare su posición sobre los tres puntos que se han empezado a negociar -los derechos de los ciudadanos, el acuerdo financiero y la frontera con Irlanda- para poder avanzar en las conversaciones.

Barnier, quien hoy explicó a los comisarios europeos el estado de las negociaciones, dijo en rueda de prensa que este viernes enviará a Londres los documentos con la posición europea sobre los términos del divorcio, de cara a la segunda ronda de contactos, que comenzará el 17 de julio.

Según el negociador europeo, las conversaciones se iniciaron "con buen pie" el pasado 19 de junio y ahora "empieza el trabajo duro", en el que las partes tendrán que comprometerse "de manera sustancial" en todos los aspectos abordados.

"La posición europea está clara, ahora necesitamos saber la posición del Reino Unido en cada uno de los asuntos para poder hacer progresos. Debemos saber en qué punto estamos de acuerdo o no para poder negociar lo antes posible", declaró Barnier.

Explicó, en ese contexto, que confía en que haya un "buen progreso" en los contactos de la próxima semana y en la reunión de agosto.

"En cada uno de los elementos queremos asegurarnos de que trabajamos en la misma base, con objetivos comunes tras haber identificado los puntos de acuerdo o desacuerdo", indicó.

En el apartado de los derechos de los ciudadanos, que Bruselas siempre ha considerado la mayor prioridad en la negociación, Barnier señaló que hay "grandes diferencias" entre las posiciones y la ambición de la UE y el Reino Unido.

La UE también quiere que "los europeos en el Reino Unido tengan los mismos derechos que los británicos que viven en España u otros países", pero "la posición británica actual no permite esa reciprocidad, somete a los europeos al derecho británico que impone restricciones, por ejemplo, para el acercamiento familiar", detalló.

Otra de las diferencias radica en que la UE apoya que el Tribunal de Justicia de la Unión sea el último garante de los derechos de los ciudadanos, lo que "creará incertidumbre", si los británicos se oponen a ello, advirtió.

Sobre el acuerdo financiero, consideró "indispensable" que el Reino Unido reconozca sus "obligaciones", en particular las que le corresponden como miembro de la UE durante el marco financiero actual.

"Entonces podremos empezar a trabajar en la metodología y ponernos de acuerdo en eso", apuntó.

En cuanto a Irlanda, manifestó que la Unión quiere empezar a hablar del mantenimiento del "área común de viaje" entre el Reino Unido e Irlanda y de la protección del acuerdo de Viernes Santo, que llevó a la paz en la zona en 1998.

Barnier advirtió de los tres ámbitos que la Unión considera "prioritarios" en la negociación son "inseparables" y que espera progresos en todos.

"Los progresos en uno o dos no serán suficientes para permitir pasar a discutir la relación futura con el Reino Unido", remarcó.

Además, puntualizó que la UE espera que se pueda empezar a hablar la próxima semana de otros asuntos, como la separación británica de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) o la manera de resolver los procedimientos judiciales que estén pendientes a la fecha de salida del Reino Unido.

En la primera ronda de contactos las partes acordaron crear grupos de trabajo para tratar los derechos de los ciudadanos, el acuerdo financiero y temas relacionados con la separación y un diálogo sobre los asunto relacionados con Irlanda del Norte.