La ex primera ministra de Tailandia Yingluck Shinawatra viajó ayer a Singapur, según el medio local Khaosod, para evitar la sentencia que el Tribunal Supremo iba a dictar hoy en un caso en el que se la acusa de negligencia.

La exmandataria se encuentra en la ciudad-estado con su hermano mayor Thaksin, también ex primer ministro y quien vive desde 2008 en el autoexilio para evitar una condena a 2 años de cárcel, de acuerdo con fuentes cercanas a la familia citadas por el portal de noticias.

Yingluck está acusada de fallar en la supervisión de un plan de ayudas al arroz que, según la comisión anticorrupción, causó 600.000 millones de baht (unos 18.300 millones de dólares o 17.100 millones de euros) de pérdidas y fomentó la corrupción.

La exdirigente, que defiende su inocencia y denuncia ser "víctima" de un juego político, afronta una pena de 10 años de cárcel que podría ser suspendida y una multa de 35.700 millones de baht (unos 1.000 millones de dólares) en concepto de compensación.

El Tribunal Supremo que la juzga emitió este viernes una orden de detención contra Yingluck, al no comparecer esta a la vista final del proceso judicial.

Su defensa alegó que su representada se encuentra enferma, pero al no presentar un certificado médico el panel de jueces actuó ante el riesgo de huida.

Los magistrados aplazaron al 27 de septiembre la vista para la lectura de la sentencia tras la incomparecencia de Yingluck y ordenó que se confisquen los 30 millones de baht (900.000 dólares o 760.000 euros) depositados como fianza por la acusada.

A mediodía del viernes, no hay un comunicado oficial que confirme la fuga de la acusada, que también ha sido valorada como una posibilidad por parte del actual Ejecutivo militar.

Yingluck llegó al Gobierno en 2011 tras ganar con mayoría absoluta al frente de uno de los partidos creados por su hermano Thaksin y fue depuesta tras una polémica sentencia del Tribunal Constitucional pocos días antes de que el Ejército tomara el poder en un golpe de Estado en mayo de 2014.

Las plataformas políticas ligadas a Thaksin, depuesto en la anterior asonada de 2006, han ganado todos los comicios en Tailandia desde 2001 gracias al apoyo de la clase rural del noreste y a pesar de la oposición de gran parte de la clase media y las élites cercanas a la monarquía y el Ejército.

Tailandia atraviesa una profunda crisis política que la mantiene desde hace más de una década en un bucle donde se suceden protestas antigubernamentales, periodos dictatoriales encabezados por el Ejército y lapsos democráticos.