Los expertos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) explican que los destellos verdes y azulados que cubrieron el cielo de México durante el terremoto se deben a que este fenómeno "alteró la estructura eléctrica en la superficie por rotura de enlaces moleculares debido a las grandes tensiones".

Las imágenes de rayos de colores sorprendentes que dieron pronto la vuelta al mundo a través de las redes sociales tras el fuerte sismo ocurrido en México y Centroamérica, reciben el nombre científico de "luces de terremoto".

Estas luces, "de color azul claro", indican fuentes de Aemet, se deben a que esta alteración genera "una carga positiva en el suelo que va seguida de la emisión de luz azul durante la descarga".

La duración de ese destello, se ha comprobado, es de cerca de medio segundo.

Los azules se combinan con colores blancos "resultantes de una intensa ionización aérea no específica", han dicho los expertos de Aemet, mientras que los azules se deberían a "emisiones de nitrógeno con un corto período de duración, sucedidas por emisiones de oxígeno verde de mayor duración y seguidas por un rojo mucho menos intenso".

Pese a su aspecto amenazante, estos rayos no son peligrosos por radiación, aseguran.

"La cantidad de radiación máxima probable es pequeña, restringida a la superficie y equivalente a unos pocos meses de radiación natural regular", apuntan las mismas fuentes.

Y es que aunque en este fenómeno meteorológico se libera Radón, este gas contribuye con una mínima cantidad de radiación.

Hay registro de diferentes formas de aparición de estas luces de terremoto distintas a las vistas en México, de manera que se han llegado a ver rayos de luz que cambian de azul a verde, cortinas verticales de luz azul verdosa que emergen de grietas en la carretera, creadas por movimientos sísmicos, así como pescadores vieron una luz azul subacuática antes del movimiento sísmico de de trayecto rápido y lineal.