La campaña electoral alemana entró hoy en su recta final marcada por el dominio de la canciller Angela Merkel, a la que dan por vencedora los sondeos, y la sensación de que, pese a ese continuismo, nada será igual en el país tras el previsible acceso al Parlamento federal de la ultraderecha.

Al bloque conservador de Merkel le pronostica el último sondeo de la televisión pública ZDF un 36 % de los votos, mientras que al Partido Socialdemócrata (SPD) de Martin Schulz le augura un mínimo histórico en unas elecciones generales, con el 21,5 %.

La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) saltará de su condición de formación extraparlamentaria a escala federal al tercer puesto, con un 11 %, de acuerdo con el "Politbarometer" de esa cadena, considerado el barómetro político más fiable del país.

En pugna por arrebatarle ese tercer puesto -que, en caso de reeditarse una gran coalición de Gobierno, implicaría además ser líder de la oposición- están el Partido Liberal (FDP) (10 %), La Izquierda (8,5 %), y los Verdes (8 %).

La previsible reelección de Merkel y el acceso al Bundestag (cámara baja) de una formación ultraderechista sitúan la elección del próximo domingo ante la paradoja de significar, por un lado, la consolidación de quien lleva ya doce años en el poder y la sacudida del estreno de los radicales.

A principios de septiembre, en su último discurso como presidente del Bundestag, Norbert Lammert se despidió tras 37 años en la casa afirmando que en la cámara "late el corazón de la democracia" y que la tarea de los diputados será "defender" sus valores de la acción de "los fanáticos".

En las generales de 2013, AfD quedó unas décimas por debajo del 5 % de los votos que se exige como mínimo en Alemania para obtener escaños.

Entonces era una formación esencialmente euroescéptica, mientras que con la crisis de los refugiados adoptó un discurso xenófobo y captó el voto protesta contra la acogida de los solicitantes de asilo -1,3 millones han llegado a Alemania desde 2015-.

Tiene ya representación en las cámaras de 13 de los 16 "Länder" del país, además de en el Parlamento Europeo, y el acceso al Bundestag le brindará una pantalla política y una financiación pública aún mayores.

AfD está descartada como aliado por las restantes formaciones y el sondeo de la ZDF, difundido el jueves por la noche, apunta como fórmula más sólida para el futuro gobierno a una nueva gran coalición.

También sumaría mayoría suficiente un tripartito entre las filas de Merkel, liberales y verdes, fórmula inédita a escala federal cuya negociación se augura complicada por las diferencias programáticas entre los socios minoritarios.

El "Politbarometer" advierte no obstante de que sólo el 63 % de los encuestados están seguros de que irán a votar y ya tienen decidido su voto.

Un estudio del instituto demoscópico Forsa para el diario "Frankfurter Allgemeine Zeitung" reduce sin embargo hoy el número de indecisos a uno de cada cuatro electores, grupo que probablemente se decantará el domingo por la abstención, si la participación se mantiene en línea con anteriores comicios.

Merkel ha insistido en su campaña en que nada puede darse por decidido y ha llamado a no "regalar" votos al teórico aliado preferido por sus simpatizantes para la siguiente coalición, los liberales.

Mientras, Schulz se niega a verse ya derrotado y hace gala de optimismo en mítines y entrevistas, reivindicando el programa diseñado por su partido para cuando llegue a la Cancillería.

"La complacencia me exaspera", señaló hoy en un programa de radio al referirse a las propuestas cristianodemócratas y a su falta de ambición tras doce años en el gobierno.

Para ambos líderes la campaña ha sido dura: Merkel, porque se ha visto perseguida en sucesivos mítines por los abucheos de militantes ultraderechistas; Schulz, porque, aunque exhiba confianza, los sondeos adversos pesan sobre él.

La líder conservadora ofrecerá este viernes un gran mitin en Múnich como invitada de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación hermanada de su Unión Cristianodemócrata (CDU) desde la que ha recibido las más duras críticas a su política de refugiados esta legislatura.

Schulz estará en Berlín, en la céntrica plaza de Gendarmenmarkt, arropado por la plana mayor de su partido.

Serán sus últimos grandes mítines, aunque el sábado tendrán aún la oportunidad de seguir pidiendo el voto al ciudadano en actos de formato más reducido en sus respectivos distritos -Aquisgrán, en el oeste del país, para Schulz, Greifswald, en el este, para Merkel-, ya que en Alemania no hay jornada de reflexión.