El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró ayer la "emergencia de salud pública" en el país por el uso de opiáceos, una sustancia cuyo consumo provocó la muerte de 64.000 personas el año pasado y supone la peor crisis de consumo de drogas de "la historia de la humanidad".

"De manera efectiva a partir de hoy, mi Gobierno declara la epidemia de los opiáceos como una emergencia de salud pública", dijo Trump, que también afirmó que su país es el que más analgésicos opiáceos consume en el mundo.

Trump hizo estas afirmaciones durante una ceremonia en la Casa Blanca, en la que calificó esa crisis como una "emergencia de salud pública", lo que permitirá destinar más fondos a nivel estatal y federal para la lucha contra la adicción a analgésicos con receta como OxyContin o Vicodin, que lleva a muchos estadounidenses a engancharse después a la heroína.

El mandatario firmó hoy un memorándum presidencial en el que ordena al secretario en funciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Eric Hargan, dicha declaración y en el que pide a todas las agencias del Gobierno que prioricen la lucha contra los opiáceos.

"Estados Unidos es de lejos el mayor consumidor de estas drogas usando más pastillas por persona que cualquier otro país del mundo, de lejos", afirmó Trump, quien aseguró que la actual crisis es "la peor de la historia de Estados Unidos" y de "la historia de la humanidad".

Según los datos que citó el presidente, procedentes de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 64.000 personas murieron el año pasado por sobredosis de opiáceos (incluida la heroína) en Estados Unidos, lo que supone la muerte de 175 estadounidenses al día y siete víctimas mortales cada hora.

Trump reconoció que hay que afrontar el problema de la demanda de drogas de Estados Unidos, pero aseguró que no existe "otra opción" que trabajar con otros países, tanto China como naciones en Latinoamérica, para afrontar el problema de las drogas en donde se originan esas sustancias.

Según dijo, el "90 % de la heroína" que llega a Estados Unidos pasa a través de la frontera con México, donde prometió que construirá un muro que "tendrá un gran impacto".

Durante el acto en la Casa Blanca, Trump estuvo acompañado por la primera dama, Melania, así como por padres que han perdido a sus hijos por la drogadicción y miembros de las fuerzas de seguridad que luchan contra el tráfico de drogas.

La declaración de "emergencia de salud pública" durará 90 días, pero puede ser renovada de manera indefinida.