La paralización de las importaciones de combustible y otros bienes esenciales durante los últimos diez días ha provocado que tres ciudades de Yemen hayan interrumpido el suministro de agua potable, lo que pone a cerca de un millón de personas en riesgo de un nuevo brote de cólera, denunció hoy la Cruz Roja.

"El suministro de agua y los sistemas cloacales en Hodeida, Sadá y Taiz dejaron de funcionar debido a la falta de combustible", declaró Alexandre Faite, jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Yemen.

"Como consecuencia, cerca de un millón de personas se ven ahora privadas de agua potable y saneamiento en entornos urbanos densamente poblados, en un país que emerge de la peor epidemia de cólera en los tiempos modernos", agregó Faite, citado en un comunicado.

En otros centros urbanos importantes, como Saná, ocurrirá la misma situación dentro de dos semanas, a menos que se reanude de inmediato la importación de productos esenciales, denunció la entidad.

Las fronteras terrestres de Yemen, así como los principales puertos marítimos y los aeropuertos, se cerraron el 6 de noviembre.

A pesar de la reciente reapertura del puerto y el aeropuerto de Adén, los envíos humanitarios no llegan a la mayoría de los centros urbanos importantes, como Saná y Taiz.

Yemen, un país de 27 millones de habitantes, depende de las importaciones para el 90 % de sus necesidades, tales como alimentos, medicamentos y combustible.

"Los hospitales, las clínicas y los servicios médicos de emergencia se abastecen de energía con generadores que pronto también se quedarán sin combustible", agregó Faite.

"Las estructuras de salud de Yemen, que han estado al límite durante meses, ahora corren el riesgo de colapsar por completo. Esto sucede en momentos en que la intensidad de los enfrentamientos en todo el país dejan un número creciente de personas heridas".

Ante esta situación, el CICR urgió a que se permita de inmediato la circulación de productos esenciales hacia Yemen y que se reabra el aeropuerto de Saná para vuelos humanitarios.

"Impedir el ingreso de la ayuda humanitaria por vía aérea a Saná, así como la libre circulación de trabajadores humanitarios para ingresar a Yemen o salir del país, está paralizando una asistencia vital de la que millones de yemeníes dependen para sobrevivir", agregó Faite.

La coalición que lidera Arabia Saudí contra los rebeldes hutíes en Yemen puso en marcha el 6 de noviembre un bloqueo sobre todo el país después de que se interceptase cerca de Riad un misil balístico lanzado por esta milicia chiíes.

El pasado lunes, las autoridades saudíes anunciaron que iban a reabrir puertos en zonas de Yemen controladas por sus aliados, pero pidieron a la ONU una revisión de los procesos que verifican los cargamentos con rumbo al país antes de desbloquear aquellos bajo control rebelde.

La ONU dijo ayer que solo discutirá ampliar los controles sobre los cargamentos con destino al país cuando la ayuda vuelva a llegar al aeropuerto de la capital yemení y a los principales puertos bajo control rebelde.