El ex primer ministro portugués, José Sócrates, fue detenido hace hoy tres años en el aeropuerto de Lisboa y, aunque ya ha sido acusado formalmente de 31 delitos, no hay ninguna previsión de cuándo podría celebrarse el juicio.

El proceso judicial, el más mediático en Portugal en estos últimos años, dio un paso adelante el pasado octubre cuando la Fiscalía emitió acusación formal contra Sócrates y otros 27 implicados en la denominada "Operación Marqués", poniendo fin a una larga espera desde la detención.

Esta decisión abrió una nueva etapa en el proceso, en la que se iniciará una fase de instrucción durante la que los implicados pueden contestar la acusación y presentar pruebas y argumentos, que un juez tendrá que analizar antes de decidir si existen indicios suficientes para abrir juicio.

La fase de instrucción sólo se abrirá si al menos uno de los implicados lo pide, lo que aún no ha ocurrido, según la prensa lusa.

No obstante, se espera que esta fase se abra, lo que alargaría todavía más en el tiempo un proceso que para Sócrates empezó el 21 de noviembre de 2014 en el aeropuerto de Lisboa pero que las autoridades portuguesas investigan desde el verano de 2013.

Tras conocerse la acusación, los abogados de ex primer ministro aseguraron que la "gran preocupación" de su cliente, que no ha dejado de defender su inocencia, es ser juzgado lo más rápido posible en un proceso equitativo.

La Fiscalía le acusa de 31 delitos de corrupción pasiva, blanqueo de capitales, falsificación de documento y fraude fiscal, vinculados a actividades con las que habría recibido más de 34 millones de euros en sobornos entre 2006 y 2015.

Esa etapa coincide con la mayor parte del tiempo que estuvo al frente del Gobierno (2005-2011), así como los años posteriores, después de su dimisión y de perder las elecciones anticipadas que se celebraron después de que Portugal pidiese el rescate.

Sócrates, que se ha convertido en el primer ex jefe del Gobierno portugués acusado en un proceso judicial, se encuentra ahora en libertad condicional, aunque tras su detención pasó 10 meses en la prisión de Évora y otro mes y medio de arresto domiciliario.

Durante estos tres años, denunció en numerosas ocasiones el tiempo que tardó la Fiscalía en deducir acusación e incluso llegó a interponer una denuncia contra el Estado luso "por violar los plazos legales de la investigación".

La acusación llegó finalmente junto a la de otros 27 implicados (18 personas y 9 empresas), entre los que destaca el expresidente del Banco Espírito Santo (BES) Ricardo Salgado.

Salgado, acusado de 21 delitos, habría pagado a Sócrates para que, como primer ministro, favoreciese su estrategia en la operadora Portugal Telecom (PT), donde el BES era accionista.

En la lista de acusados también figuran dos expresidentes de PT, un ex ministro socialista, el empresario y supuesto testaferro de Sócrates, Carlos Santos Silva, y su exmujer Sofia Fava entre otros.

Las actividades ilícitas de Sócrates quedaron detalladas en las más de 4.000 páginas de la acusación, en la que se desgrana una compleja trama que gira en torno a PT, el grupo empresarial Lena -con intereses en diferentes sectores como agua, residuos y energía- y un proyecto turístico del Algarve llamado Vale do Lobo.