Egipto ha sufrido el peor atentado terrorista en su historia reciente contra una mezquita frecuentada por sufíes en el norte de la península del Sinaí, que ha causado la muerte, al menos, de 270 personas y un centenar de heridos.

El atentado ocurrió cuando los atacantes colocaron artefactos explosivos de fabricación casera alrededor de la mezquita Al Rauda, situada en Bear al Abd, al oeste de Al Arish -capital del norte del Sinaí- y los hicieron detonar a la salida de los fieles del rezo del viernes, día sagrado para los musulmanes, según explicaron fuentes de seguridad egipcias a Efe.

Tras las explosiones los terroristas comenzaron a disparar a las personas que intentaban escapar de la mezquita en un ataque, aseveró la fuente, quien apuntó que las primeras ambulancias que llegaron a la zona también fueron atacadas por los radicales.

En el ataque "aproximadamente hay 270 muertos y 90 heridos", dijo el alcalde de la localidad, Nasrala Mohamed, en declaraciones a la televisión estatal egipcia, mientras que la Fiscalía General y medios oficiales cifran en 235 las víctimas personas y en 109 los heridos en el atentado, el más mortífero de la historia reciente de Egipto.

Según imágenes y vídeos difundidos en las redes sociales, se muestra una hilera de cuerpos alineados y ensangrentados en el interior de la mezquita.

La página de Facebook de la Unión de las Tribus del Sinaí (UTS) ublicó fotos del funeral, que comenzó recientemente, de las víctimas del ataque, y cifró, hasta el momento, en 300 los "mártires" del atentado, que todavía no ha sido reivindicado por ningún grupo extremista.

Según la fuente, entre los fallecidos hay al menos 25 niños, así como seis miembros de una misma familia, y por otro lado, tres hermanos.

Esta agrupación indicó a varios medios, entre ellos Efe, que los terroristas "han elegido este momento (para el ataque) por los preparativos del cumpleaños del profeta Mahoma, que será el próximo 30 de noviembre, y eligieron este lugar porque es un centro de educación en contra de la ideología extremista".

En un comunicado, la UTS adujo que los terroristas cerraron "las puertas de la mezquita y mataron a todos los que rezaban", y aseveró además que tras la llegada de las ambulancias a la zona, "un grupo escondido de terroristas dispararon y huyeron".

Los heridos han sido trasladados a diferentes hospitales en Al Arish, y otros a El Cairo, según dijo una fuente de seguridad a Efe.

La presidencia egipcia ha declarado tres días de luto nacional por las víctimas del ataque en la mezquita, y decenas de líderes mundiales han condenado este acto, como afirmó en un comunicado el presidente estadounidense, Donald Trump, que lo ha tildado de "cobarde".

Pocas horas después del atentado, el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, prometió en una alocución transmitida por la televisión estatal que las Fuerzas Armadas y la Policía "se van a vengar por nuestros hijos para recuperar la estabilidad, y vamos a responder a este acto con una fuerza brutal".

Una fuente de seguridad indicó que ya han comenzando las operaciones militares contra posiciones terroristas, pero no hay información por el momento sobre los lugares específicos donde se están llevando a cabo dichas operaciones.

Por otro lado, Mohamed Gomaa, analista del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al Ahram, dijo que "el discurso de Al Sisi está pensando para los egipcios y no para el exterior, con el fin de levantar la moral", y para hacer ver a los egipcios que "la fuerzas de seguridad tienen la situación controlada".

De acuerdo con la televisión oficial egipcia, Al Sisi ha ordenado el pago de 200.000 libras egipcias (unos 11.300 dólares) a las familias de las víctimas mortales, mientras que 50.000 libras (unos 2.826 dólares) irán para las familias de los heridos.

En la provincia del Norte del Sinaí, donde está vigente desde 2014 el estado de emergencia, opera la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico (EI), llamada Wilayat Sina, que se ha atribuido la mayoría de los atentados ocurridos en los últimos años en el país.

Las autoridades impusieron el toque de queda y un bloqueo informativo total en esta región del norte del Sinaí, e impiden a los medios de comunicación locales e internacionales acceder a esta zona.

Desde diciembre de 2016, Egipto ha vivido una serie de atentados contra los cristianos coptos y el país se encuentra en estado de emergencia desde abril por los atentados contra dos iglesias coptas en el delta del Nilo.