El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy en Twitter que ha cancelado la visita que tenía previsto realizar a principios de este año a Reino Unido con el objetivo de inaugurar la nueva embajada estadounidense en Londres.

Trump dijo que ha suspendido su viaje porque su antecesor, Barack Obama, malvendió la antigua embajada y no quiere inaugurar una nueva.

"La razón por la que he cancelado mi viaje a Londres es que no soy un gran fan de que el Gobierno de Obama vendiera quizás la embajada de mejor calidad y mejor localizada de Londres por ''cacahuetes'', solo para construir una nueva en una mala localización por 1.200 millones de dólares. Un mal trato. Querían que cortara la cinta. ÑNO!", dijo Trump en Twitter.

En realidad, el presidente que en 2008 tomó la decisión de cambiar la embajada fue George W. Bush (2001-2009), según figura en artículos de la prensa publicados entonces.

El diario británico The Guardian, que cita fuentes gubernamentales, aseguró que Trump ha decidido cancelar su visita a Londres por miedo a ser recibido con grandes protestas y, en su lugar, acudirá el secretario de Estado, Rex Tillerson, que se encargará de inaugurar la nueva misión diplomática.

Estados Unidos decidió dejar su antigua embajada en Londres, ubicada en el exclusivo barrio de Mayfair, por razones de seguridad, pues el Ejecutivo gastó durante años gran cantidad de dinero en tratar de asegurar el edificio, pero finalmente decidió que lo mejor era trasladarse al distrito de Nine Elms, en el sur de Londres.

Solo en 2007, Washington gastó 15 millones de dólares en mejoras de seguridad en su antigua embajada, según un artículo de The New York Times publicado en junio de 2015.

La primera ministra británica, Theresa May, invitó a Trump a realizar una visita de Estado a Reino Unido cuando visitó la Casa Blanca el 27 de enero de 2017, poco después de que el magnate fuera investido presidente.

En un principio, May fue considerada como la "mejor aliada" de Trump en Europa, pero la relación entre ambos líderes se fue deteriorando el año pasado debido a varios polémicos mensajes del mandatario estadounidense en Twitter.

En noviembre pasado, Trump despertó especial indignación en el Gobierno británico y en muchos sectores en Reino Unido al compartir en Twitter tres mensajes de una política británica del partido de extrema derecha Britain First, en los que se mostraban actitudes violentas de supuestos musulmanes.