El Gobierno irlandés afirmó hoy que algunos políticos británicos partidarios de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) están poniendo en peligro el "frágil" proceso de paz en Irlanda del Norte.

El ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, respondió a los que han cuestionado la viabilidad tras el "brexit" del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998, el texto que puso fin al pasado conflicto en la provincia británica y permitió la formación de un Gobierno autónomo de poder compartido entre protestantes y católicos.

"Quitar importancia al Acuerdo del Viernes Santo porque plantea interrogantes importantes y genuinos a los que quieren el ''brexit'' no solo es irresponsable, sino también imprudente y podría socavar las bases del frágil proceso de paz, que no deben nunca darse por hechas", escribió el democristiano Coveney en su cuenta de Twitter.

El jefe de la diplomacia del Gobierno de Dublín defendió la validez y vigencia del acuerdo que, además de impulsar el proceso de paz hace 20 años, sirve ahora de garantía para mantener la frontera norirlandesa abierta tras el divorcio entre Londres y Bruselas, tal y como ha aceptado la primera ministra británica, la conservadora Theresa May.

Esa opción, no obstante, podría significar que Irlanda del Norte se mantenga dentro del mercado único y la unión aduanera, mientras que los partidarios de un "brexit" duro defienden la salida de todas las regiones del Reino Unido de esos espacios económicos.

Entre los partidarios británicos del "brexit" que han cuestionado el futuro del acuerdo del Viernes Santo figuran la diputada laborista Kate Hoey y los conservadores Daniel Hannan y Owen Paterson (exministro para Irlanda del Norte entre 2010 y 2012).

Coveney subrayó hoy que los Gobiernos de Londres y Dublín permanecen "totalmente comprometidos" con el acuerdo de paz, al tiempo que recordó que ese texto fue aprobado por el 71,1 y el 94,4 % del electorado de Irlanda del Norte y de la República de Irlanda, respectivamente, en el histórico referéndum de 1998.

Las críticas de los partidarios del "brexit" duro coinciden con la grave crisis política que atraviesa la provincia británica, donde el Ejecutivo de Belfast permanece suspendido desde hace trece meses por las diferencias que mantienen el Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante y socio de May en Londres, y el Sinn Féin, principal entre la católica-nacionalista.

May y su colega irlandés, Leo Varadkar, hablaron este lunes por teléfono para abordar esa parálisis, mientras la ministra para Irlanda del Norte, Karen Bradley, informará hoy al Parlamento de Westminster sobre el fracaso de las conversaciones con los partidos de la región.

Aunque los dos Ejecutivos confían en que las formaciones todavía pueden lograr un acuerdo, el DUP ha pedido ya a May que prepare un presupuesto para la región y comience a tomar decisiones políticas, lo que acercaría la suspensión de la autonomía y el gobierno directo de Londres.