El presidente de la Republica italiana, Sergio Mattarella, y todos los altos cargos del Estado acudieron hoy a la calle Fani, en Roma, donde hace 40 años un comando de las Brigadas Rojas secuestraba al líder de la Democracia Cristiana italiana, Aldo Moro, y asesinaba a los cinco miembros de su escolta.

Durante la ceremonia de hoy, Mattarella descubríó la lápida restaurada con los nombres de Moro y de los cinco agentes de su escolta fallecidos colocada en el lugar donde los brigadistas hicieron detener los dos coches y abrieron fuego.

Después despositó una corona de flores e intercambió algunas palabras con algunos de los familiares de los cinco agentes asesinados aquel 16 de marzo de 1978 que acudieron a este homenaje.

Mattarella después se trasladó a un parque cercano a la calle Fani, en el barrio donde vivía Moro, donde le esperaban grupos de niños de colegios romanos que se reunieron para recordar esta fecha trágica en la Historia italiana.

El 16 de marzo de 1978, a las 09.03 de la mañana y en tan sólo tres minutos, un comando de las Brigadas Rojas formado por cuatro personas abría fuego contra los dos coches, uno en el que viajaba el líder democristiano y dos miembros de su escolta, y otro con otros tres agentes.

Moro fue secuestrado mientras se dirigía al Parlamento para asistir al triunfo de su acción política: La DC superaría una moción de confianza con el apoyo, por primera vez, del Partido Comunista Italiano, algo que no gustaba en muchos ambientes nacionales e internacionales.

Comienzan así los 55 días más oscuros de la historia de la República italiana, llenos de interrogantes y misterios que nunca han sido resueltos, hasta el trágico final.

El 9 de mayo las BR anunciaron que Moro había sido asesinado y su cuerpo se encontraba en el maletero de un coche aparcado en una calle del centro de Roma.