Los habitantes del territorio francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico, votarán el próximo 4 de noviembre si quieren la independencia en un referéndum que es resultado de un proceso de concertación con las autoridades de París puesto en marcha en 1988.

El Congreso de Nueva Caledonia fijó hoy esa fecha con la adopción de un texto que contó con el apoyo de los independentistas de UC-FLNKS y de la Union Nacional por la Independencia, así como de la derecha moderada de Caledonia Unida (CE).

Sin embargo, los partidos más defensores de mantener la unión con Francia se pronunciaron en contra porque consideraron impropio que el documento incluya ciertas alusiones históricas.

En particular cuando se dice que "la colonización llevaba en sí la negación de la identidad kanaka" (en alusión a los pobladores originarios del archipiélago) y que Nueva Caledonia ha puesto en marcha "un proceso negociado" para "pasar página de la violencia y el menosprecio para escribir juntos páginas de paz, de solidaridad y de prosperidad".

El referéndum es el resultado del proceso abierto por los llamados Acuerdos de Matignon, suscritos hace ahora 30 años por independentistas y lealistas bajo los auspicios del entonces primer ministro francés, el socialista Michel Rocard, que marcaron el fin de un conflicto violento y lanzaron un periodo de desarrollo con la perspectiva de un referéndum sobre la independencia.

La decisión de hoy se tomó a poco más de una semana de que el próximo 27 de marzo en París el actual primer ministro, Edouard Philippe, acoja a las partes para discutir, sobre todo, de cuestiones polémicas vinculadas con el escrutinio.

Nueva Caledonia es un territorio formado por un archipiélago en el que destaca la isla de Grande Terre, y con una población de 269.000 habitantes, según el censo de 2014.