La Cámara de Diputados argentina aprobó ayer una ley para que todos los mayores de edad, excepto aquellos que se hayan opuesto en vida, sean por defecto donantes de órganos.

El proyecto, que ha sido bautizado como "Ley Justina" por el nombre de una niña de 12 años que falleció en noviembre pasado al no recibir a tiempo un trasplante de corazón, elimina la necesidad del consentimiento de la familia en el caso de las personas que no se hayan expresado al respecto.

El nuevo Régimen de Donación de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células fue aprobado por unanimidad con 202 votos a favor, y tras ello quedó pendiente de su reglamentación por el Gobierno.