Turquía levantará el estado de emergencia el 18 de julio, después de imponerlo tras el fallido golpe de julio de 2016, anunció hoy el portavoz de la presidencia, Ibrahim Kalin.

"El 18 de julio es el fin del estado de emergencia. El presidente declaró que no debería extenderse", dijo Kalin en una rueda de prensa del nuevo Gobierno turco, retransmitida por el canal CNNTürk.

Al amparo de esa medida de excepción se ha desencadenado una purga sin precedentes de supuestos simpatizantes de Fethullah Gülen, líder de una cofradía islámica con miles de seguidores en Turquía a quien Ankara atribuye la asonada.

En vigor desde el 20 de julio de 2016, el estado de emergencia ha sido prorrogado cada tres meses gracias a la mayoría parlamentaria del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).

"Si nos enfrentamos a una amenaza extraordinaria, el mecanismo del estado de emergencia puede activarse de nuevo. Pero por el momento prevemos terminar el 18 de julio y seguirá la lucha contra el terrorismo con las leyes vigentes", explicó el portavoz presidencial.

Durante el estado de emergencia, el Gobierno ha legislado mediante decretos firmados por el presidente.

Con el nuevo sistema presidencial, que ha entrado en vigor esta semana tras las elecciones del 24 de junio, el jefe del Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, con amplios poderes ejecutivos, podrá seguir gobernando mediante decretos.

Desde el fallido golpe, alrededor de 130.000 funcionarios, militares y policías, así como empleados de otras instituciones estatales, han sido expulsados de sus trabajos por supuesta pertenencia a la red de Gülen.

Decenas de miles de personas se encuentran detenidas, muchas todavía a la espera de juicio, por sus supuestos vínculos con la asonada.

Bajo el paraguas del estado de emergencia se han cerrado también numerosos medios de comunicación cercanos a Gülen y a la izquierda kurda y, según Amnistía Internacional, 1.300 ONG han sido clausuradas en Turquía mediante decretos.