Venezuela sigue cayendo en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora anualmente la ONU y acumula uno de los mayores retrocesos del mundo bajo el Gobierno de Nicolás Maduro.

Desde 2012, solo Siria, Libia y Yemen, tres países con prolongadas guerras, han perdido más puestos que Venezuela en ese ránking, en cuya elaboración se tienen en cuenta datos como la esperanza de vida, la renta per cápita o los años de escolarización.

Mientras la mayoría de Estados ha visto un progresivo aumento de su IDH con el paso de los años, el indicador se ha reducido de forma significativa en esos cuatro países, algo que preocupa a la ONU más que la pérdida de puestos en la clasificación.

"Eso es importante. Que la cifra retroceda quiere decir algo", explicó a los periodistas Selim Jahan, el director de la oficina del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se encarga del informe.

En el caso venezolano, su IDH alcanzó en 2014 su máximo con un 0,778 sobre un tope de 1, poco después de la llegada de Maduro al poder en 2013.

Desde entonces, sin embargo, el índice ha ido retrocediendo hasta situarse ahora 0,761, en medio de la fuerte crisis que vive el país.

El principal factor, según apunta el informe, es la caída de la renta per cápita.

La bajada del IDH le ha costado a Venezuela un retroceso de 16 puestos en el ránking mundial en el periodo 2012-2017, hasta situarse como el 78 de los 189 incluidos en el estudio.

Las únicas caídas mayores son las de Siria (que se ha desplomado 27 puestos), Libia (que ha perdido 26) y Yemen (que se ha dejado 20).

Para la ONU, es probable que el impacto de la crisis venezolana aún no se haya reflejado totalmente en su IDH y que éste siga retrocediendo en los próximos años.

Por ejemplo, los autores del informe consideran que el éxodo masivo de ciudadanos rumbo a otros países puede afectar los indicadores de educación en Venezuela, con niños que no completan sus estudios y falta de profesores.

A pesar de su empeoramiento, Venezuela sigue estando por encima en la clasificación de países de su región como Brasil, que aparece un puesto por detrás, en el 79; Ecuador (86), Perú (89) o Colombia (90).

Todos ellos están en el grupo de países con desarrollo humano alto, un paso por detrás del escalón superior en el que se incluye a las economías más avanzadas.

Dentro de Latinoamérica, los únicos Estados que figuran en la categoría de desarrollo humano muy alto son Chile (44), Argentina (47) y Uruguay (55).

La clasificación general la encabezan Noruega, Suiza, Australia, Irlanda y Alemania, mientras que a la cola aparecen cinco países del África subsahariana: Níger, la República Centroafricana, Sudán del Sur, Chad y Burundi.

España figura en el puesto 26, rodeada de otros países de la Unión Europea (UE) como Francia, Eslovenia, la República Checa e Italia.

A nivel global, la ONU aprecia una tendencia general de mejoría continuada, con cada vez más países que registran un IDH muy alto.

En total, 59 Estados están en ese escalafón, frente a 28 que tienen un IDH bajo, mientras que hace diez años eran 46 y 49, respectivamente.

Pese a los avances, Naciones Unidas destaca que la desigualdad, tanto dentro de países como entre distintas naciones, sigue siendo un lastre importante para el progreso.

"En promedio, un niño nacido en un país con un índice de desarrollo bajo tiene una esperanza de vida de poco más de 60 años, 19 años menos que un niño de un país del grupo de desarrollo humano muy alto, donde la esperanza de vida media es de casi de 80 años", destaca Achim Steiner, administrador del PNUD.

Para mostrar las brechas que hay dentro de cada Estado, el PNUD elabora un IDH ajustado por desigualdad, en el que como es habitual pierden numerosos puestos varios países latinoamericanos como México (-13), Brasil (-17) o Colombia (-12).

Destaca además el caso de España, donde la desigualdad en el ámbito económico y educativo es mucho mayor que en otros países de su entorno y le hace perder 12 puestos en el ránking cuando se tiene en cuenta.